Cómo dejé de preocuparme y amar al libro electrónico
En estos tiempos donde lo digital es la norma, ¿comenzó la muerte del libro? O pbook —paper book—, como se le ha llamado en contraposición al ebook —electronic book—. Anda por ahí una cita de Borges en la que se entiende que el libro, a diferencia del resto de los objetos creados por el hombre, es una extensión de la memoria —título que ahora se debaten las computadoras— y de la imaginación. Hasta ahí estoy de acuerdo. Pero vale tomar en cuenta muchas cosas. Veamos:
La primera cosa que se menciona es la cuestión del espacio. Una biblioteca personal ocupará cuando menos un librero. No vayamos más lejos: todo el espacio que ocupan sus libros más las copias que sacaron de otros libros en sus tiempos de estudiantes. Hablamos de kilos de papel. Una biblioteca pública, con miles o hasta millones de libros en su haber ocupará toda una cuadra. Y eso amigos, es difícil de mantener y de trasladar. En cambio, una computadora ocupa bastante menos espacio, ya no digamos una tableta que ocupa el mismo espacio que un libro estándar, o un lector de e-books que es aún menor. Cualquiera de los últimos tres, con que tenga sólo 2GB de almacenamiento, podrá almacenar potencialmente, miles de libros. Si consideramos que, además son dispositivos personales, veremos que la cantidad que son capaces de almacenar supera con creces la cantidad de libros que podríamos leer. (¿Mal momento para recordar la Dimensión Desconocida?) Así que, en cuanto a almacenamiento se trata, punto para los e-books.
Siguiente cuestión: la electricidad. En tanto que tengamos la batería cargada, la tableta funcionará. Si no, adiós. El lector electrónico dura potencialmente semanas, pero, ¿y si me quedo sin batería en un viaje? ¡Adiós Nicanor! Una computadora es, en teoría más estable, pero sin cable o batería, ¡Ba-bay! El libro en cambio, puede leerse cuando sea, con velas si quieren. Punto para el libro físico. En cuanto a la practicidad, nos metemos en un área gris: supongamos que necesito un libro para consultar algo, digamos por curiosidad o para algo de la escuela. Consigo el libro digital, pero leer un PDF es cansado, aunque barato, sí. Si se trata de un lector por placer, un PDF bastará para saciar la curiosidad, aunque podría conseguirse barato en formato físico en librerías de viejo. Pero si estoy investigando algo, necesito comparar fuentes, y si bien en internet hay mucho material, no todo es confiable o es de acceso restringido ¿Me estás oyendo, J-Stor?
Así que, de dirigirme a una biblioteca, necesitaré consultar uno o más libros. A veces al mismo tiempo, lo que es una engorroso en un libro digital. Sin mencionar, que si estoy leyendo un libro digamos, serio, lo más probable es que tenga citas al pie, que también son un fastidio en un PDF. Además, la luz que emite una computadora o tableta es molesta o cansada después de un rato. Para mí, eso es otro punto para el libro físico. Peeero, el PDF puede imprimirse una y mil veces, el físico, no. Hay que sacar copias, muchas veces horrendas de un libro que tal vez ya no se imprime, lo que supone cierto lío de derechos de autor (No es que nos preocupe, ¿verdad, condenadotes?), algo que no sucede con muchos e-books, que con frecuencia se encuentras gratis legalmente, o buscándolo en los oscuros recovecos de internet. Comprado nuevo, un e-book tiene casi el mismo precio que uno físico que, dependiendo del libro, por supuesto, su precio puede ir desde los 20 pesos hasta los 500. Un lector o tableta puedes costar desde 1000 a 5000 pesos. De modo que, al sumar todo, el formato digital es más barato. Punto para el digital que, además permite ajustar el tipo de letra o hacer zoom. Ahora bien, en cuanto al tacto, sostener una tableta puede llegar a ser incómoda; el e-book no, es bastante decente, pero no se compara con tocar un libro: la textura del papel, la encuadernación, la edición, la tipografía, ¡Ah, el olor! El e-book no tiene nada de eso, además de que con un libro físico no estamos limitados a la pantalla. Punto para el físico.
¿Veredicto? Yo sigo con mis libros físicos, pero reconozco que el digital es un gran apoyo para leer ensayos académicos, o esos libros inconseguibles en el reino físico; y me han hecho la vida práctica para buscar palabras en diccionarios. Pero no sustituirán la experiencia que es leer un libro real. Sirven para preservar libros antiguos, sí. Pero hay algo vivo en leer un libro físico. Definitivamente no desaparecerán.
