Lecciones de Braulio. ¿Qué agradecer en el Thanksgiving?

El peso de los juicios de valor

Cuando Braulio tenía 7 años, un día, sentadito en la mesa me preguntó “¿Ruth tú eres fashion?”, mientras le servía su sopa de fideos le dije “No Braulio, yo soy súper fashion”. Al día siguiente su profesora me dijo que Braulio había hecho muy divertida la clase de “oficios y profesiones”, pues mientras todos decían “mi papá es taxista”, “mi mamá es abogada”, “mi papá es doctor”, Braulio atinó a decir “mi mamá es súper fashion”…

Ahora, en la secundaria de Braulio prepararon un muro alusivo a la celebración del “Thanksgiving” donde cada uno agradecía diferentes cosas, al pavo de Braulio decía “Dios gracias porque mi mamá es rara” WHAT! ¿En qué momento pasé de ser súper fashion a ser rara?”

Lo que más conflicto me causó de mi nuevo adjetivo, es que no sabía exactamente qué entender por “rara”, y tampoco estaba segura de que Braulio lo entendiera con claridad, así que sin más le pregunté los motivos de su agradecimiento.

 Manos tomadas Revista Feel

Nuevamente estábamos en la mesa del comedor, pero ahora disfrutando de un arrocito blanco:

-Braulio leí tu agradecimiento de Thanksgiving, ¿A qué te refieres con que soy rara?
– Ah es por varias cosas, no sabría por dónde empezar.
– Bueno, puedes empezar por la que sea más importante para ti.
– La más importante es que las mamás de mis amigos no comen pan de dulce en la noche y tú sí.
– Eso no me hace rara, eso me hace glotona.
– No solo es eso: no te has comprado la faja colombiana, me dejas faltar a la escuela cuando te digo que solo quiero quedarme contigo y me avergüenzas cada vez que llego del colegio y me dices “aquí viene el único e inigualable Braulio”

No quise preguntar más, no quise quitarle la magia a sus palabras. Entendí que si su pavo tenía ese agradecimiento, es porque se siente dichoso de que su madre tenga donas de chocolate en la noche.

No sé si a ustedes les pase, pero una se desvive siempre por ser una madre ejemplar, y la mayoría de las veces es para demostrarlo ante los ojos de los demás, tipo: “saluda, contesta, di gracias…” y está bien, hacer de nuestros hijos personas educadas está bien, pero ser mamás castrosas es bien diferente.

Yo seguiré portando con orgullo el dije que Braulio me regaló hace varios años en un 10 de mayo que dice “Mamá Barco” porque la neta sí lo soy, soy una mamá súper permisiva y amorosa.

Me gusta que Braulio me sepa así, rara, aunque sinceramente, también me gustaba ser la mamá súper fashion.

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