¿Por qué fallan las dietas, las rutinas de ejercicio y nuestros intentos para bajar de peso?

Llevas una semana comprometida o comprometido con tu estricta dieta, sin faltar al gimnasio y se acerca tu primer control de peso. Llegas con la esperanza de que por fin, esta vez, algo haya cambiado y hayas tenido el resultado esperado. Con orgullo y seguridad, te quitas la toalla y te subes a la báscula sólo para darte cuenta que has perdido sólo 100 gramos… Pero ¡espera! recuerdas que tu entrenador y tu nutriólogo te advirtieron que no siempre se baja de “peso” como tal, sino de talla, así que corres a ponerte esos pantalones que tienes guardados en el armario y que miden tu cintura y tu autoestima, sólo para darte cuenta de que, aún no cabes.

Desilusionad@, bajas la mirada hacia esa foto en el buró de tu cama, donde tienes esa foto de hace años con tus amigas y ¡sí te quedaban perfectos esos jeans! Estas harta, una vez más, fuiste militar y ni un cambio, ¡ni un poquito! Empiezas a dudar de la báscula y a pensar que quizá, después de todo, no bajaste nada en realidad…Tus esperanzas y disciplina están por los suelos y para reconfortarte irás por un chocolate, un dulce o un helado y te entregarás a un maratón de Netflix. Al fin y al cabo, no hace diferencia ¿cierto?

  1. Tu plan alimenticio no es congruente con tu estilo de vida. Piénsalo, la materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma, por lo que, no te inventas masa corporal, ésta se genera mediante lo que consumes. Es imposible que ganes 1 kilo si sólo has comido y bebido 500 gr. Por lo que es FUNDAMENTAL cuidar tu alimentación, pues es lo que realmente determina tu peso. Aún atletas olímpicos deben cuidarla, y mira, que cuando digo cuidarla, no me refiero a que comas unas cosas sí y otras no.  Sino más bien a que estés en una dieta de 1500 calorías o de 5500, no puedes comer CUALQUIER COSA aunque entre en tu rango de calorías ideal. Sino que tiene que ver con que sea una alimentación balanceada, porque de lo que comes depende tu digestión, tu nutrición celular, tu regeneración muscular y lo más importante: tu salud.  De tal forma que es básico que tu plan alimenticio quepa dentro de tu vida y no tu vida dentro de él. Necesitas un plan que puedas llevar a la oficina o a un restaurante y para eso, requieres involucrarte con conocer ¿por qué debes comer lo que comes.
  2. Tu ejercicio es inconstante o inconsistente. Con esto me refiero a que no vas a ver reflejados los resultados que quieres si sólo haces 45 min de cardio, si al final no te agitaste ni sudaste nada. O que hagas 2 horas súper intensas de ejercicio un día a la semana para compensar que no hiciste nada el resto de los días y te despiertes al día siguiente súper adolorida. Lo que requieres son quizá sesiones más cortas, pero más intensas y con una regularidad en tu vida. Eso es lo que genera el estado básico de fitness (base level fitness), que es la capacidad básica que tiene que tener tu cuerpo para hacer los movimientos naturales (caminar, correr, saltar, agacharse, nadar, levantar su propio peso…) con relativa facilidad, por lo que será más efectivo una sesión de ejercicio donde involucres a todo tu cuerpo, que una en la que sólo haces una actividad monótona.

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