DIÁBOLUS IN MUSICA

O de cómo Lucifer tendría mano en la música

Todos hemos escuchado el relato alguna vez, alguien se encuentra en una dificultad y, ya sin nada más que tener más que su alma, decide vendérsela al diablo. Mito o no, la idea de venderle el alma a satán ha estado presente desde hace siglos. Existe un relato escrito por un hombre del siglo VI llamado Eutychianus, que presuntamente supo de primera mano de alguien que lo hizo: nada menos que un sacerdote de nombre Teófilo de Adana, que, debido a su enemistad con un obispo, no veía que su carrera eclesiástica ascendiera. Así que le vendió el alma al ángel caído a cambio de éxito. Luego se sabe de Johann Georg Faust, un alquimista alemán del renacimiento que presuntamente también hizo tratos con el príncipe de las tinieblas para obtener conocimiento infinito y placeres mundanos. Su leyenda inspiró la novela de Goethe Fausto”.  

Para el siglo XIX, el italiano Niccolo Paganini tocaba muy bien el violín y desde muy corta edad, al punto en que muchas de sus composiciones resultaban imposibles para otros violinistas de la época, lo que, sumado a su fama y a que el al parecer el virtuoso era algo excéntrico, llevaron a la creación de rumores sobre que sus habilidades podrían ser producto de tratos oscuros: decían que una sombra extraña aparecía cuando tocaba, y que, aunque las cuerdas de su violín estuvieran rotas, la música seguía saliendo como si nada hubiera pasado.

Ya para el siglo XX, tenemos rumores de otros dos que negociaron su alma con el patas de cabra. El primero fue Tommy Johnson, un bluesman de Mississippi que ya era un músico itinerante para la década de los 20, y uno exitoso con varias grabaciones bajo el brazo para los años 30. Parece ser que, para aumentar su fama, él mismo hizo circular rumores sobre cómo se encontró al demonio en una encrucijada y le vendió su alma a cambio de ser un virtuoso de la guitarra.

El parecido de su nombre con Robert Johnson, ha hecho que la gente confunda al protagonista de la leyenda, creyendo que este último es el que hizo tratos en la encrucijada. Esta leyenda es tan famosa que inspiró la película de 1986 Crossroads, donde el estudiante de guitarra clásica Eugene Martone (interpretado por el Karate Kid, ¡digo! Ralph Macchio) va en busca del bluesman Willie Brown, lo saca del asilo donde los tienen prisionero, y van en una travesía por el sur de Estados Unidos para recuperar el alma de Brown. Para hacerlo, deberán derrotar en duelo de guitarras al nuevo protegido de Satán, interpretado por Steve Vai, y que pueden ver aquí:


Como dato curioso, en la película de los hermanos Cohen, Brother, where art thou?, los personajes se encuentran con el mismísimo Tommy Johnson, que les cuenta su relato antes de que lo atrape en Klu Klux Klan. Pero no se preocupen. Tommy está bien.

Y el segundo, se trata de  Jimmy Page, el guitarrista de Led Zeppelin, de quien se sabe que es un ocultista y fan de Aleister Crowley, lo que sumado a su talento, oootra vez ha inspirado rumores sobre habilidades y negocios sobrenaturales. Se decía incluso, que él mismo habría viajado a Estados Unidos para buscar la encrucijada que relataba Johnson. Pero lo cierto es que el ya tocaba desde niño, y tenía otros grupos antes de Led Zeppelin; pero su interés por lo oculto es real, de tal modo que los famosos logos para los miembros de la banda que la caracterizan, están influidos por las lecturas ocultistas de Page.

Y de seguro debe haber muchos más. Y los que se acumulen mientras haya música o literatura.

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