Finalmente brilla la gema del rap africano

Hace algunos años encontré una joyita en el youtube, solo eran dos canciones del misterioso llamado Ata Kak, y aunque no hallé ningún dato sobre el álbum en la red, guardé los tracks en mi lista de Happy Electro-Folk.

Lo grandioso de este descubrimiento era el sonido del sintetizador y la forma singular del rapeo en un dialecto africano. Para mi eran tracks cargados de entusiasmo y dinamismo como resultado de una inquietud muy auténtica, ecléctica y singular.

Aunque Ata siempre hubo sido amante de la música no parecía que tuviera ningún futuro ya que no tenía estudios de ningún tipo, pero mientras vivía en Alemania trabajando como ayudante de granja y maestro de inglés, alguien lo invitó a tocar las percusiones en una banda,el accedió aunque jamás antes lo había hecho pero dónde aprendió a tocar y luego a cantar.

 

          

 

En 1989, se mudó a Toronto dónde fue invitado a tocar en una banda en vivo, la banda llamaba Marijata lanzó tres álbumes e hicieron pequeñas presentaciones por Canadá. Finalmente decidió grabar sus propias canciones, pero sus compañeros no compartían la visión que Ata tenía, así que tomó tiempo hacerse de equipo y de aprender cómo usarlo el mismo.

Con ayuda de un amigo que le brindó ayuda técnica y las voces de los coros, lentamente se fue creando en lo que se convertiría en Obaa Sima. Las siete canciones de Obaa Sima atraviesan un paisaje de música pop que encapsula modos internacionales: rap, techno con melodías femeninas, mientras refleja la música ghanesa contemporánea a través de refranes de gran estilo, rap agresivo y uso del lenguaje Twi.

Ata quería rap en su nuevo proyecto, intentó rapear en inglés, no se sintió cómodo y mejor comenzó a escribir y practicar rimas en Twi, la lengua más hablada en Ghana. El rap distintivo en Obaa Sima se convirtió en uno de los ejemplos más tempranos e intrépidos del rap de Twi en un período en que los raperos jóvenes en Accra y Kumasi todavía imitaban Tupac y Shaggy.

 

 

Resultó costoso fabricar la cinta en Toronto, así que la envió a Ghana para ser dominada y duplicada. Su hermano gemelo organizó el diseño de la carátula con ayuda del profesor De Graft Johnson, director del departamento de publicaciones de la universidad local. Ata le encantó la obra de arte. Alrededor de 50 copias fueron hechas y lanzadas en 1994. Estaban probando el mercado con el presionar inicial pero nadie mostró interés. DJs quería dinero en efectivo para tocar su música. No podía invertir en promocionarlo. Atta nunca tocó sus canciones para nadie en Ghana y nunca nadie lo reconoció. Él cree que se vendieron aproximadamente 3 copias y el resto se dispersaron entre familiares y amigos en Ghana y Canadá.

Brian Shimkovitz compró una copia de Obaa Sima en un puesto de carretera en Cape Coast, Ghana en 2002. La cinta permaneció en una caja durante unos años y, tras un viaje de regreso a Ghana durante un año, se convirtió en la Inspiración para el blog de ATFA (Awesome Tapes From Africa) en 2006. Pronto comenzó una búsqueda rápida de Ata Kak, con Google y llamadas telefónicas interminables sin pistas. A medida que la búsqueda se hacía más seria, y la curiosidad obsesiva construida, todavía había cero pistas entre los amigos ghaneses, conocidos y profesionales de la industria de la música, que nunca habían oído hablar de Ata Kak.

 

 

En octubre de 2006, Atta volvió a Ghana, donde invirtió en un negocio de excavación. La maquinaria se rompió y condujo a un fracaso del negocio, que le ha impedido centrarse más en la música. De vuelta en Kumasi hoy, Atta sigue escribiendo canciones para su propio disfrute.

Después de veinte años, Atta ahora hace presentaciones por Europa, grandes festivales de música y en reconocidos sitios donde se presentan los mejores, y aunque las letras en Twi solo él las entiende, su energía positiva y sus sonido pop feliz, hacen de sus shows lo más divertido y de verdad único en su género.

 

 

 

https://youtu.be/KrdPZFyCIHw

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