¿DONALD TRUMP? ¿EN SERIO?

¿Qué pasará con los migrantes en EEUU?

Cuando el ahora presidente electo de los Estados Unidos (EE.UU), Donald John Trump anunció su candidatura a la presidencia de este país, muchos dimos poca importancia al tema, pensar que una persona con ese perfil pudiera, siquiera, contender en la carrera por la presidencia de un país, con la presencia en el ámbito internacional que tiene EE.UU., era una posibilidad poco probable.

Sorpresa se llevó la comunidad internacional cuando su discurso clasista, racista, xenófobo e intolerante, básicamente colocó a Trump como el candidato del partido republicano. Peor aún, cuando el día 8 de noviembre de 2016, pese a las expectativas, ganó las elecciones.

Trump utilizó en su campaña electoral el show, como buen empresario del entretenimiento. También apostó por la paranoia que caracteriza al ciudadano estadounidense, lanzó una campaña en función del sentir de la población. Y Funcionó. La idea tiene sentido, cuando entendemos el valor de estas emociones, como lo indica Dominique Moïsi en “La Geopolítica de las emociones”, donde señala que el estado actual de las relaciones internacionales está definido por la emociones, es decir, para entender el mundo “civilizado”, hay que analizar las emociones de los ciudadanos, sus aspiraciones y frustraciones; en las que cobran gran importancia el miedo, la humillación y la esperanza.

Por lo tanto, las emociones tienen la misma importancia que las cuestiones geográficas y políticas.

Votantes EEUU Feel

El sistema electoral estadounidense, tiene sus particularidades, y como sabemos los votos no cuentan por voto, de ser así, la candidata del partido Demócrata, Hilary Clinton hubiera ganado las elecciones con 59,787,604 votos a favor, contra los 59,581,587 votos para Trump. Con esto, lo que quiero resaltar es el tema que en particular me preocupa: la cantidad de personas que comparten su ideología o que apoyaron su candidatura pese al discurso emitido, eso llena de tristeza y coraje a la vez, pues hace más evidente algo ya sabido; el racismo de los norteamericanos escudado en su sentimiento nacionalista.

Es alarmante, que un personaje con las características de Donald Trump se encuentre al frente de un estado-nación, nos recuerda los grandes conflictos y guerras que en la historia mundial hemos padecido por líderes con discursos parecidos al suyo, lo que incluso podría ser un riesgo para la seguridad internacional. Si bien, sus comentarios racistas se concentran en contra de los mexicanos y musulmanes, la realidad es que con una persona para la que política y diplomacia no figuran, cualquier cosa puede pasar.

El tema migratorio es un factor fundamental, causando gran impacto en nosotros como mexicanos, pues EE.UU es el principal país de destino de migrantes mexicanos. Se calcula que existen aproximadamente 12 millones de migrantes mexicanos viviendo en Estados Unidos, de los cuales 6.8 millones son irregulares.

Si en estos años no se ha podido concretar una reforma migratoria para los 11 millones de migrantes en EE.UU., con Trump en la presidencia quedará en el olvido. El ahora candidato electo, tiene además a su favor la mayoría de republicanos en el senado y en la cámara de representantes, que independientemente de si simpatizan con él o no, son conocidos por sus posturas antiinmigrantes.

Y aunque fue una campaña con alto contenido migratorio, no deja de ser una estrategia mediática también. Es decir, las deportaciones pueden continuar, e incluso aumentar, pero realizar deportaciones masivas, como lo indicó en su campaña, es un tanto extremo, al menos por el momento, pues el gobierno estadounidense no cuenta con los recursos humanos y de infraestructura suficientes ni adecuadas para realizar deportaciones masivas, los Centros de Deportación se encuentran ya desde el mandato de Obama saturados con procesos de deportación.

La administración de Obama, por ejemplo, es considerada la peor en tema de deportaciones, durante la cual, se han deportado a más mexicanos que en cualquier otra administración. Sin embargo, se obtuvieron algunos avances y apoyos a migrantes, en especial a estudiantes, como el programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en ingles), para permitir temporalmente la residencia y trabajo de los llamados “Dreamers” que entraron a EE.UU. antes de cumplir 16 años de edad, y la propuesta de Acción Diferida para Padres de residentes o ciudadanos estadounidenses (DAPA por sus siglas en ingles) para impedir la separación familiar por motivos deportación (la cual a la fecha no ha sido aprobada). Estos programas corren el riesgo de un bloqueo contundente en la administración de Trump, como lo aseguró en campaña.

Los principales periódicos de Pakistán colocan en sus portadas la victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU, en Peshawar, Pakistán. EFE/Arshad Arbab
Los principales periódicos de Pakistán colocan en sus portadas la victoria del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de EEUU, en Peshawar, Pakistán. EFE/Arshad Arbab

Sin embargo, en favor de los migrantes, aún quedan las políticas públicas estatales, estados como California, Illinois, Washington, Oregon, N.Y, entre otros, tienen gran aceptación e inclusión de migrantes, con políticas públicas en su beneficio, por lo que después de la contienda y de todo el show montado, Donald Trump tendrá que ajustar sus propuestas a la realidad actual de su país y del mundo.

Lo que es probable, es el endurecimiento de programas de verificación migratoria, como el E-Verify y el reforzamiento de la seguridad en la frontera con México, lo cual puede ejercer un tipo de presión hacia los mexicanos que retornen voluntariamente. Se piensa que podrían retornar alrededor de 1 millón de mexicanos a sus lugares de origen con todo y menaje de casa, para lo cual los gobiernos locales e incluso las instituciones federales no están preparados. En México no existen políticas públicas eficientes que apoyen la inserción laboral, económica y social de migrantes en retorno, por lo que los gobiernos federales y estatales tendrán que reforzar el trabajo en este sentido.

Pero el problema que no solo atañe a migrantes, sino a toda la población mundial es que Trump ha hecho evidente que la intolerancia, el racismo y la xenofobia son temas vigentes, que aun mueven masas. Ha avivado la flama del odio racial en la población estadounidense anglosajona, en un país que fue fundado por migrantes, en el cual viven un gran número de ellos (entre ellos hispanos, mexicanos en su mayoría) y que contribuyen al crecimiento económico del mismo.

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