Donald Trump podría contribuir a despertar el nacionalismo en México

El presidente electo de los Estados Unidos (EE.UU.) sorprendió a propios y extraños, rebasando expectativas sobre los resultados de la elección pasada en el país vecino, sobre todo porque se trata de un personaje polémico en su personalidad de misógino, racista, hablantín, fatalista, estrella de reality show, otros calificativos más que la gente y los medios de comunicación han visto en este singular personaje. Además, con una actitud amenazante ante los grupos minoritarios, los inmigrantes y en particular su fobia a los mexicanos.

Se sospechan de varias razones para el motivo de su odio, sin embargo son inciertas. Tal vez un par de negocios que quiso hacer en Quintana Roo con malas experiencias, en la travesía de construir un centro turístico de lujo. Al magnate estadunidense le pidieron un “moche” que no estuvo dispuesto a pagar. Por otro lado, como organizador del concurso Miss Universo, tuvo diferencias con un empresario quintanarroense a quien luego le entabló una demanda millonaria (Villamil, 2016).

Las declaraciones que Trump hizo durante la campaña presidencial en contra de los migrantes latinos, pero en especial de los mexicanos, se resumen en que, habría que levantar un muro en la frontera entre EE.UU. y México, que debería pagar el vecino del sur, agregando que:

“México no es nuestro amigo y manda a su gente, pero no manda lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas (…) Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores (…)” (Mundo Noticias, 2015). De esa manera se refería, una y otra vez en las diferentes concentraciones de proselitismo durante su campaña, con los ánimos encendidos. También reiteradamente decía que sacaría (repatriaría) 6 millones de mexicanos de su país, hoy habla de 2 millones. Además, “ha acusado que México se ha aprovechado de Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés)” (Brooks, 2016).

Y hoy, que ya es presidente electo Trump, el mundo y los mexicanos no alcanzamos a digerir lo ocurrido y surgen preocupaciones. ¿Pondrá en marcha lo dicho, si su política proteccionista, de odio y discriminación, hasta donde nos perjudicará? Al mismo tiempo surge la interrogante ¿cómo debemos responder y como debemos prepararnos ante esas eminentes amenazas? Desde luego que no hay una única respuesta, sino más bien varios enfoques de los que se desprende una gama de éstas. Pero los planteamientos que quiero proponer, son los siguientes:

  1. De acuerdo a lo anterior México ésta en la posibilidad de reorganizarse, comenzando por el Estado, que retome su papel principal de generar bienestar a las mayorías, su economía, es decir, dar marcha atrás a las reformas estructurales, que se invierta en la industria nacional, en medios de producción (en maquinaria: esto conllevaría a invertir verdaderamente en ciencia y tecnología; por lo menos el 8% del producto interno bruto, como marca la UNESCO).
  2. Destinar los suficientes recursos al campo para la producción de granos y alimentos dirigidos a la autosuficiencia alimentaria (que sea el objetivo a conseguir con el tiempo), la política-social, dirigida a revertir el rezago social en sus diferentes ámbitos y reincorporar a las clases excluidas, dotándolos de lo que históricamente les corresponde: justicia, equidad en la distribución de la riqueza (como es el derecho al trabajo bien remunerado), educación, seguridad social y beneficios del erario.
  3. De manera directa (por ejemplo: una pensión a todos y cada uno de los ciudadanos o habitantes -como una verdadera pensión universal-).

Finalmente, una política exterior que retome los principios de Benito Juárez, como se deduce de la frase vertida por él, durante la intervención francesa en México en 1867, que reza: “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”; que de ahí se desprende el derecho de los pueblos o las naciones y que a su vez se ha conformado el Derecho de la Autodeterminación, que es la base del Derecho Internacional.

En otras palabras, que el nuevo gobierno en el país retome la política exterior que nos distinguía en el mundo, por el principio de “no intervención”, del respeto a las decisiones internas de cada nación, que ha sido abandonada por los gobiernos neoliberales.

Lo anterior, con una condición que no se continúe con el régimen neoliberal y buscando superar el marco de la globalización, lo cual, nos lleva a que no sigan siendo gobiernos entreguistas, ni vende patrias, por el contrario un presidente con conciencia e inteligencia de estadista, con raíces nacionalistas; que éste dispuesto a gobernar para hacer crecer a la nación (que consideré lo aquí expuesto), defender la soberanía, dar la vida si es necesario por el pueblo y la patria.

Fuentes:
http://expansion.mx/mundo/2016/11/09/por-que-donald-trump-gano-la-presidencia-de-estados-unidos
Consultado el 26 de noviembre de 2016.

Jenaro Villamil (2016) Revista Proceso http://www.proceso.com.mx/436502/donald-trump-la-raiz-mexicanofobia
Consultado el 26 de noviembre de 2016.

http://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/06/150616_trump_mexico_candidatura_cch
Consultado el 26 de noviembre de 2016.

David Brooks, corresponsal de LA Jornada
http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2016/08/31/mexico-y-los-mexicanos-en-el-discurso-de-trump
Consultado el 26 de noviembre de 2016.

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