Miles de mexicanos han tenido que dejar nuestro país, por diversas razones, para ir en busca del sueño americano. Buscar un mejor estilo de vida, huir de la violencia e inseguridad que cada vez son más patentes en nuestro país, incluso escapar de los malos gobiernos y de sus fallidos modelos económicos. Pero ¿es cierto el sueño americano?
El dólar hoy se vende en 22 pesos (aproximadamente), el salario mínimo en México es de $80.04, algo así como 4 dólares al día por ocho horas de trabajo. El salario mínimo en California es de 10.50 USD la hora. Punto para el sueño americano, siempre que uno gane en dólares y gaste en pesos.
Las remesas provenientes de Estados Unidos son el principal sustento de muchas familias mexicanas, además de que son la mayor fuente de ingresos para el país, solo detrás de la inversión extranjera directa. Punto para el sueño americano, pero… se tienen calculados un aproximado de 11 millones de mexicanos radicados en Estados Unidos, los cuales, si atendemos el dato de las remesas, nos hace pensar que mantienen nexos con familiares radicados en México, lo cual nos habla de familias separadas, donde la madre o el padre cruzan la frontera para conseguir trabajo y dar sustento a su familia, a cambio de no verlos en mucho tiempo, porque, si son indocumentados, en su horizonte no está el volver a su país.
Según el estado en que radiquen, los mexicanos indocumentados enfrentan diversa problemática que complica su vida en aquél país. Por ejemplo, no en todos los estados pueden obtener una licencia de conducir, entonces, no pueden manejar, pero necesitan el auto como medio de transporte para llegar a sus trabajos; si no tienen documentos en regla, no pueden acceder a un número de seguridad social, entonces muchos trabajan con documentos “prestados”, lo que los priva de diversos beneficios como puede ser acceder a un seguro de salud.
Las políticas migratorias de aquel país no son nada halagüeñas, la posibilidad de una amnistía se ve cada vez más lejos, y nuestros connacionales deberán seguir resistiendo la ola de racismo que aumenta cada vez más. El sueño americano había pasado a ser sólo un escape de la pesadilla mexicana, pero todo indica que las complicaciones que vienen estarán “espantando el sueño” de nuestros connacionales.
Ahora, con el triunfo de Donald Trump, el panorama es cada vez más desalentador para los mexicanos indocumentados, el discurso de odio y racismo que ha enarbolado el ahora presidente de los Estados Unidos no hace más que complicar la existencia de nuestros connacionales en aquel país.
El gobierno mexicano debería estar preparado para defender y ayudar a todo mexicano que sea víctima de las políticas migratorias retrogradas de Trump; no puede impedir, por ejemplo, que se construya el tan anunciado muro, pero sí puede oponerse por todos los medios posibles (gubernamentales y diplomáticos), debe quedar claro que el Estado mexicano condena políticas de ese tipo. ¿Será que ya se tiene un plan emergente en caso de que se cumpla la amenaza de deportaciones masivas?
Si Trump quiere renegociar el TLCAN, nuestro gobierno ya debería tener a un equipo de especialistas trabajando en ello, para nadie es un secreto el daño que se ha causado, por ejemplo, al campo mexicano gracias a dicho tratado, si el Estado mexicano se va a sentar a renegociar, no le debe temblar la mano y buscar imponerse por todos los medios legales posibles.
Ojalá nuestro gobierno ya esté listo, ojalá que no nos vuelvan a preguntar: ¿qué hubieran hecho ustedes?
