América y los problemas en el paraíso

El Club América enfrenta el peor inicio del torneo desde que Ricardo Peláez llegó a la presidencia. Las victorias no llegan, la afición comienza a desesperarse y ni el poderío de Ricardo La Volpe parece estar ayudando.

Sentado en la pequeña sala de conferencias del Club América, Ricardo Peláez prometió –al asumir como presidente deportivo del equipo, durante noviembre de 2011- que lo estabilizaría y lograría que los futbolistas disfrutaran estar en la institución. Lo consiguió… Pero poco más de un lustro después, todo comienza a resquebrajarse.

El ex delantero llegó a las Águilas con la misión de sacarlas de la crisis vivida durante la administración de Michel Bauer. El equipo ni siquiera clasificaba a las Liguillas y empezaba a tener problemas de descenso, por lo que requería un cambio en todos los sentidos. Se lo dio apoyado, en primera instancia, con Miguel Herrera como entrenador.

Cinco años después, se ganaron los certámenes Clausura 2013 y Apertura 2014, las dos más recientes ediciones de la Liga de Campeones de la Concacaf, además de llegar a las finales de Liga en el Apertura 2013 y Apertura 2015. El América fue el equipo más protagónico del futbol mexicano… Hasta el actual torneo.

Los hoy futbolistas de Ricardo Antonio La Volpe tienen el peor arranque en la “era Peláez” y el sábado visitarán al Guadalajara en el Clásico de clásicos. Actualmente, las Águilas se ubican en el sitio 12 de la clasificación, con siete puntos, producto de dos victorias, un empate y tres derrotas. Se trata de la peor cosecha, tras media docena de unidades, desde el Clausura 2011, cuando Peláez no estaba en el club.

Bajo esta administración, el inicio menos productivo era el de sus dos primeros torneos (Clausura y Apertura 2012), con el “Piojo” como entrenador. En ambos campeonatos, los azulcrema ganaron dos de sus primeros seis juegos, igualaron tres y sólo perdieron uno, para sumar nueve unidades. Ese era un equipo en construcción. El actual luce en camino a la destrucción.

La salida de piezas clave como el portero Moisés Muñoz, así como los volantes Osvaldo Martínez y Rubens Sambueza, han sido golpes severos, más allá de la llegada del guardameta argentino Agustín Marchesín, quien ha atajado los tres penaltis que le han disparado con las Águilas (uno en Liga y dos en Copa).

El descontento de futbolistas como Michael Arroyo, Carlos Darwin Quintero (quien estaba transferible, pero no se le encontró equipo) y Silvio Romero es evidente, lo que ha perjudicado a un equipo que suma 10 participaciones consecutivas en la fase final, todo un récord en la historia de los torneos cortos.

La estabilidad y gusto por la camiseta otorgados por Peláez parecen terminar. A menos que reaccione un grupo que ya se acostumbró a ganar.

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