¿Por qué debes ver (otra vez) Buffy la Cazavampiros?

El BUFFYVERSO ha regresado en Prime Video…

y en un año muy particular casi apocalíptico … hasta parece que vivimos en el conflictivo Sunnydale.

Por ahí del 10 de marzo de 1997 se emitía por primera ves el capítulo clave en la que una muy joven Sara Michell Gellar era golpeada sin piedad por un vampiro. El comienzo de una exitosa historia con 7 temporadas y un final que partiría la opinión popular en 2003.

 

 

Una serie de culto

Exactamente. Esta basada en un film por allá del año 1992 protagonizado por Kristy Swanson y Luke Perry.  Buffy la Caza vampiros se emitió por el canal de Warner Brothers Network y posteriormente se convirtió en The CW y en UPN continuando en forma de cómic tras su cancelación. La serie se convirtió en un gran éxito y ayudó a convertir a Whedon en un nombre familiar para el género, al tiempo que lanzo las carreras de David Boreanaz con Bones y con Alyson Hanningan en HIMYM y de algunos guionistas como Jane Espenson y Martin Noxon.

Sus personajes fascinantes, complejos e interpretados a la perfección son los que mantienen al espectador interesado en la historia liderada por una mujer que contaba con conocimientos de artes marciales y que combatía todo tipo de ser maligno. La búsqueda del equilibrio entre su deseo de tener una vida normal y la responsabilidad de ser la “elegida” para luchar contra las fuerzas del mal, definen a Buffy Summers, diminutivo de Elizabeth, en esos años cruciales que todos hemos pasado llamados adolescencia y juventud.

Por otro lado, un personaje tan complejo necesitaba de otros personajes que se ganaron el amor del público, como Willow, Xander, Cordelia, Giles, Spike, Drusila, Anya, Dawn, Oz y el hermoso novio vampiro de Buffy Angel… entre otros quienes van construyendo una historia donde más allá de lo sobrenatural, lo más visible es la complejidad de emociones humanas.

Cuenta una visión muy particular sobre la lucha entre el bien y el mal, ya que, más allá de ser un género fantástico siempre funcionó como representación metafórica de la realidad de y Buffy no es la excepción. 

Whedon comenzó la serie representando los temas de la adolescencia a través de la lucha contra seres malignos sobrenaturales, la identidad, los miedos, los amores, todo tiene su correspondencia con las amenazas del inframundo a las que Buffy se enfrenta con sus amigos.

En la medida en que la serie avanza y los personajes van creciendo, la lucha entre el bien y el mal va profundizándose, los límites se expanden con personajes que pasan de uno a otro lado, los riesgos son cada vez mayores y las situaciones tanto fantásticas como realistas ponen a prueba al máximo a Buffy, sus aliados y amigos.

Un juego de géneros con una protagonista femenina que mezcla suspenso con terror, humor, bastante negro y sarcástico, mezclando lo fallido y hermoso que puede ser el amor. Pero lo que más beneficia a la serie es, sin duda, la voluntad de su creador de hacer llegar al público sus propias aficiones de una forma atractiva. Ya hemos hablado de la influencia de los cómics. Hay miles de referencias a los cómics más importantes de la Casa de las Ideas o a las películas de La guerra de las galaxias.

Una visión pop y feminista

“La motivación inicial de crear a Buffy fue el hartazgo de las películas de terror con personajes masculinos como héroes y femeninos como víctimas”.

Ese es el eje esencial, a pesar de la carga del prototipo de final girl, la chica que sobrevive al final de las habituales matanzas en los films de género, una  heroína salvadora de la humanidad no era algo común en los 90. Desde un principio se deja claro en la serie que la protagonista podía ser una linda rubia adolescente y a su vez tener el poder y coraje para destruir vampiros y de ser necesario matar al amor de su vida en pro del bien común.

A lo largo de la serie, va adquiriendo más capas humanas y realistas a pesar de las extraordinarias circunstancias de existencia. Asimismo, otras mujeres de la serie, aliadas o enemigas, también representaron la riqueza de la experiencia femenina; rompiendo clichés, como la porrista Cordelia, o encontrando y haciéndose cargo de su propio poder, como Willow. La amiga eterna de Buffy se convirtió, además, en todo un símbolo al tener un romance con otra mujer, Tara algo que todavía era poco frecuente en la televisión de principios del siglo XXI.

Buffy, la cazavampiros no sólo trató cuestiones metafísicas sino que también se animó a buscar sus propias formas de narrar. Además de combinar géneros durante toda la serie en busca de su propio lenguaje, Whedon también recurrió a diversos artilugios en episodios puntuales. “Once More, With Feeling”, séptimo episodio de la no tan apreciada sexta temporada, es completamente musical y uno de los mejores momentos de la serie.

En “Hush”, unos demonios le roban la voz a los habitantes de Sunnydale y no pueden hablar por la mayor parte del episodio, que se torna silente. Más allá del interés que los personajes y sus historias logran mantener, estos pequeños experimentos narrativos le dan al espectador otro motivo por el cual seguir viendo la serie hasta el final.

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