Corrientes de tristeza colectiva ¿qué son? y ¿cuándo se producen?

¿Por qué nos hemos sentido tan tristes en la pandemia? ¿qué sucede en tiempos de guerra o de enfermedad, cuando la obediencia pasiva es el deber fundamental?

Comienza una corriente de tristeza colectiva.

En toda sociedad hay ambientes particulares que los estados colectivos sólo pueden permear modificándose; a veces salen reforzados y otras debilitados y para que una corriente tenga cierta intensidad en el conjunto de un país por ejemplo,  es preciso que en algunos puntos esté por encima de la media y otras por debajo.

En tiempos de total incertidumbre como este, la melancolía, es un punto que proviene de la ruptura de la cotidianidad y del ideal de pensar que por hacer siempre lo mismo, estábamos “seguros”.

Una crisis como esta, abre un abismo entre un pasado que ya no se considera vigente o influyente y un futuro que todavía no está constituido. Las crisis históricas son generalmente de creencias y se penetra en un ámbito en el cual reinan la desorientación, la desconfianza o la desesperación.

Generalmente con la aparición de las crisis, las personas y las sociedades buscan la solución para salir de ellas. 

Pero ¿qué sucede si las personas no pueden resolver o encontrar la solución que implica la adecuación a una nueva situación con nuevos y distintos problemas? por ejemplo que la pandemia se alargue…

Surgen lo que conocemos como corrientes de tristeza colectiva, así como ocurre con las personas también en las sociedades. La sensibilidad colectiva se refleja en aspectos de la existencia, por eso, junto a una corriente por ejemplo optimista que impulsa a las personas a encarar el mundo con su confianza, ha de haber una corriente contraria, menos intensa y menos general que la precedente, capaz de contenerla parcialmente.

Esto surge porque una tendencia no se autolimita, sólo  se limita por otra tendencia. 

No es que la corriente pesimista asfixia a la feliz, más bien, en tiempos como este toma terreno en el humor colectivo en una parte de la población. La inclinación colectiva a la tristeza no es sana sino a condición de no ser preponderante.

Melancolía y tristeza pueden tener vasos comunicantes y síntomas parecidos pero no son lo mismo. La tristeza suele ser fugaz, oscilante, tener una causa discernible, mientras la melancolía resulta más duradera, estable y sus nutrientes suelen ser difusos. Quizá lo más relevante es que la melancolía puede anudarse con un estado de paz e incluso con una cierta alegría. Af fin de cuentas la melancolía tiene mucho de añoranza, se alimenta del paraíso perdido que en pocas ocasiones suele ser el pasado idealizado y las esperanzas que entonces de depositaron en el futuro.

El estado nostálgico se contrapone vivamente con el de todos aquellos que portan certezas inmutables, se alimenta de la duda, del presentimiento que se apodera de las personas, de las causas por las que entregan su vida, quizá carezcan de sentido. Y el quizá más importante.

Por eso, para que una tendencia colectiva pueda debilitarse o intensificarse al evolucionar, es preciso que no se fije de una vez para siempre bajo una forma única de la quena quepa deshacerse luego; no podría variar en el tiempo si no presentase alguna variedad en el espacio.

Probablemente en estos seis meses, observemos brotes de tristeza colectiva dado el humor social, por ello, aunque la tristeza puede variar de persona a persona, te recomendamos una serie de consejos:

  1. Planifica tu día
  2. Evita el exceso de información o mensajes del virus y estadísticas.
  3. Cultiva la calma y suelta el control
  4. Ten un diario de positividad
  5. Haz todo eso que no podías hacer por falta de tiempo
  6. Únete más a los tuyos
  7. Aprende algo nuevo
  8. Comienza un nuevo proyecto
  9. Comparte con los demás

Y recuerda que siempre las cosas pasan, el tiempo es dinámico y mantener una actitud positiva que aunque suele a cliché vamos a salir de esto.

Cuatro pasos para tener más autoconfianza en ti mismo

Primero debemos hacernos la pregunta ¿qué es la autoconfianza? Es una visión general de cuán probable es que cumplas una meta con base en tus experiencias pasadas. La autoconfianza es la experiencia propia reflejada en una visión más amplia de ti mismo, es tu carta de presentación ante el mundo.

Más allá de pararte frente al espejo y decretar oraciones positivas, te contamos que hay pasos simples que también puedes adoptar:

  1. Cambia tu postura

Aunque no lo creas puede afectar cómo te sientes contigo. Prueba posturas que te empoderen y contribuyan al ajuste de tu estado mental, por ejemplo, sentarte derecho te dará una mayor confianza en lo que estás haciendo y cómo lo haces, reflejando seguridad.

  1. Ejercítate

Mejora el estado de ánimo  ayuda a combatir la depresión y la ansiedad. Hacer ejercicio de manera constante requiere de un cierto compromiso, y mantener dicho compromiso es un logro. No desistir de un hábito nuevo y saludable no solo te hace adquirir mayor confianza, sino que además te permite ver mejoras físicas en tu cuerpo y salud.


  1. Desafía tu síndrome de impostor

Este síndrome es un cruel error de la mente que te convence de que tus logros no cuentan realmente y que la gente se dará cuenta de que eres un fraude. Esta duda se arraiga porque es más fácil recordar los errores que los éxitos, por eso acostúmbrate siempre a escribir o reflexionar sobre las veces en que has hecho algo bien. Es más fácil sentirte seguro de tus habilidades si las recuerdas.


  1. Evita la arrogancia

La arrogancia no es confianza fuera de control, es más bien, resultado de la inseguridad y no de una autoconfianza excesiva. La confianza se satisface por sí sola, mientras que la arrogancia requiere de validación externa para que las personas se sienta bien. Es inseguridad pura.

Por último, la autoconfianza es la capacidad de ser asertivo y humilde sin dudar de uno mismo, produciendo positividad, felicidad y resiliencia, lleva tiempo desarrollarla pero de tenerla, es una herramienta que hará tu vida más fácil mejorando la relación contigo mismo.

Imágenes: Friends with you

5 síntomas de la dependencia emocional

¿Alguna vez te has sentido esclavo de una relación?

La dependencia emocional se define como un patrón de necesidad de apego y un vínculo tóxico con otra persona. Se caracteriza por el pensamiento cíclico de control, subordinación y obediencia hacia las decisiones de una de las partes de los involucrados en la relación.

¿ Qué caracteriza la dependencia emocional? 

El miedo y una mala interpretación de lo que es la soledad es una de las principales características de la dependencia emocional, ya que, el se tirar incapaz de vivir la vida por uno mismo marca la determinación por comenzar nuevas relaciones sin pasar por el duelo correspondiente que tiene una relación ya sea de amor o amistosa.

Te contamos sobre 5 síntomas que puedes identificar rápidamente y que pueden ayudarte a saber si construyes relaciones sociales de esta forma y sobre todo a comprender que todo tu mundo, recae en ti y solo en ti.

Síntomas de dependencia emocional

Idealización de la pareja. Pensar que tu pareja es un súper héroe y no cuenta con defectos, es una de las primeras alertas. Debemos pensar que somos humanos y nos equivocamos, somos distintos y tenemos formas de sentir pensar y actuar diferentes pero no por ello malas.

Deseas tener el control siempre. El tener un miedo excesivo a quedarse solo y estar siempre con la pareja repercute negativamente en nuestra vida cotidiana. Cada persona necesita de su tiempo personal.

Relaciones desadaptativas. El saltar de relación en relación crea formas de relaciones tóxicas que al no prestarse el tiempo estar solo en el duelo y soltar se cometen los mismos errores. Las relaciones se vuelven cíclicas.

Relaciones traumáticas del pasado. El contar con experiencias negativas en nuestra vida nos puede crear cicatrices muy difíciles que más allá de empoderarnos y hacernos mejores crean miedos y patrones que afectan las nuevas relaciones que podamos tener por llevar las mismas formas de conocernos. Ojo aquí.

 

 

 

 

 

 

 

Baja autoestima. El tener pensamientos negativos de tu persona todo el tiempo o de tu aspecto no ayuda, y nunca lo hará. La comparación y constante competencia del mundo nos hace sentir menos pero ¿sabes qué? No lo eres. Tú eres único y por lo tanto maravilloso a tu manera.

Estos son cinco síntomas de muchos que pueden existir en las diferentes etapas de tu vida. Si localizas más de dos debes buscar ayuda psicológica.

Recuerda que así como vamos al médico por una gripa nuestra mente también necesita recuperarse de experiencias dolosas que si bien existieron o existen ellas no marcan nuestra vida para mal más bien eso debe ser motor para ser mejor.

 

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