Vivir en la CDMX es muy satisfactorio ya que hay un sinfín de lugares que visitar, te puedes desplazar por diversos tipos de transportes, uno de ellos es el metro. Hasta aquí todo suena muy bien, pero los que viajamos todos los días en este transporte sabemos que existen diversos factores que evitan que nuestro traslado sea tan placentero como quisiéramos.
Por lo cual, te compartimos quince cosas que la mayoría de las personas odiamos cuando se trata de viajar por este “bonito” medio de transporte.
1. Las taquilleras. Por alguna extraña razón, a la mayoría las encuentras comiendo, platicando por celular, pintándose las uñas, escuchando música y cuando las interrumpes se enojan, te dicen que no tiene cambio, etc. ¡Se encuentran en puestos de servicio, pero tienen cero vocaciones de servicio!!!
2. Que se avienten para entrar y no dejen salir del vagón. Los pasajeros se avientan y antes de dejar salir quieren entrar y se vuelve un caos el abordaje de los vagones, sobre todo en horas pico.
3. Que los hombres acosen a las mujeres. La mayoría de las mujeres ha vivido en carne propia el acoso en el metro, pero pocas lo denuncian. Esta práctica es más común de lo que pensamos, sobre todo en horarios donde hay muchos pasajeros y se esconden entre la multitud para tocarlas.
4. Los robos en las estaciones. Es muy común que entre la multitud te sacan tu celular, cartera, dinero y todo lo que se pueda.
5. La poca higiene de los pasajeros. Suele pasar que estornudan y no se tapan la boca, no usan desodorante y el olor se encierra en los vagones, y ni se diga cuando te toca a lado de una persona con mal aliento.
6. Los vendedores ambulantes. El metro se ha vuelto un tianguis donde prácticamente puedes encontrar de todo, ya sea en los pasillos o en los mismos vagones. Sin embargo, es muy molesto que no puedas ir leyendo porque se sube el señor de las bocinas a todo volumen o cada cinco minutos pasan vendedores a dejarte productos que no quieres comprar y además hasta se molestan porque no les compras.
7. Las personas que suben a pedir dinero. Algo similar al caso de los vendedores, es cansado escuchar todos los días las mismas historias de las personas que suben a pedir dinero a los vagones, algunos un poco más educados que otros ya que en ocasiones te intimidan para que prácticamente les tengas que dar por lo menos una moneda.
8. No respetar los asientos reservados. Existen asientos especiales para personas que realmente lo necesitan, sin embargo, hay hombres y mujeres que no les importa y ocupan esos lugares sin impórtales que la persona que tiene en frente no pueda sostenerse bien por alguna lesión, porque es un adulto mayor, por ser una mujer embarazada, etc.
9. Que tarde mucho tiempo en pasar. Típico que el metro se retrasa bastante y se nos hace tarde para llegar al trabajo, sobre todo en las mañanas y en tiempos de lluvia ni se diga.
10. Que se sienten en el piso. Además de que resulta incómodo es muy peligroso que los pasajeros se sienten en el piso de los vagones ya que pueden generar varios accidentes, sin embargo, eso no les importa.
11. Que los ventiladores un funcionen. Es muy común que cuando más se necesitan los ventiladores en los vagones, no sirvan, sobre todo cuando hace mucho calor o hay malos olores.
12. Que en el vagón de las mujeres no se respeten. Mucho se habla de lo que ocurre en ese vagón, algunas chicas comentan que prefieren viajar en otros vagones para evitar las peleas que se viven todos los días entre las mismas mujeres.
13. Que la misma gente no respete las instalaciones del metro. Si nos quejamos de ciertas características del servicio del metro no es posible que a eso le agreguemos que los mismos pasajeros no cuidan de las instalaciones, tiran basura, subes sus pies a los asientos, rayan los vagones, etc.
14. La prepotencia del personal de seguridad. Muchas veces el personal de seguridad en lugar de ayudar pareciera que les incomoda que les pidas de su ayuda, no podemos generalizar ya que hay personal de seguridad que hace muy bien su trabajo sin embargo una gran parte de ellos está en duda.
15. Que las escaleras eléctricas no funcionen. Si bien hay personas que sin ningún problema pueden continuar su viaje por otras escaleras, hay otras que en verdad lo necesitan por algún problema de salud. A demás agregaría que cuando sirven, no hay una cultura de respeto para dejar avanzar por el lado correcto y obstaculizan por completo las escaleras.