¿A dónde se nos fue el ateo cristiano? Despedida a ‘Rius’

A veces pasa que te encuentras con algo genial, pero no lo sabes; sólo está ahí, disponible. Y entonces, te acercas y lo tomas. Pero ese algo es muy bueno y resulta ser bastante más relevante de lo que uno pensaba. En mi caso, el creador de ese algo se fue la madrugada del martes 8 de agosto. Se trata de Eduardo del Río, mejor conocido por todos como “Rius”.

Alguna vez vi un librillo suyo tirado por ahí en mi casa, tal vez en un sillón o cerca del librero, arrempujado contra la “ochenterísima” tornamesa. Le faltaba la portada y ya desde entonces el papel tenía un tono gris-amarillento, pero como tenía monitos, me puse a leerlo.

 

 

Resultó ser un librito sobre ecología donde se criticaba por igual a los hábitos de los mexicanos, al gobierno, a la industria y a la sociedad de consumo donde vivimos. Todos ellos responsables de la contaminación. Era divertidísimo: ¿cómo no reírse del uso desmedido de los aerosoles con un perfume para axila izquierda? y de repente, a media carcajada, la afilada sentencia, ahí al pie: “Es una delicia perfumarse las bisagras y contribuir así a la destrucción de la capa de ozono ¿verdad chicas y chicos?”[1]  ¡Pum!

Pero también era fascinante, “Rius” lo mismo ilustraba dibujando sus monos que tomando al hombre de “Vitruvio” de DaVinci -con globo de texto incluido-, o fotos de archivo que fotografías; y hasta grabados decimonónicos compartiendo espacio con un monito de sarape. El estilo que lo hizo característico en toda su expresión.

 

 

Ya casi no se ven cosas así. Didáctica al alcance de todo el mundo y de categoría “tres B”: buena, bonita y barata. Si bien me hubiera gustado que incluyera las fuentes de su investigación, debo admitir que tal cosa habría ido en contra de la esencia práctica y accesible de sus libros, y de la esencia de un autor que escribió imparable más de un centenar de libros e historietas sobre religión, política, comunismo, vegetarianismo, historia y aún más; a la par que era un crítico del gobierno, de la Iglesia Católica -lo que le valió la excomunión-, de las instituciones y hasta del propio mexicano, además de apologista del comunismo en los mismísimos tiempos del “PRIreinato”. Se nos fue “Rius”, una influencia importantísima en la gráfica nacional.

[1] Del Río, Eduardo, y Ruge, Tiahoga. Todos contra la contaminación. México. CONACULTA, 1989, p. 13.

 

     

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