¿Qué es un duelo?
El duelo emocional es un proceso de adaptación que nos permite restablecer el equilibrio personal que han quedado alterado por una pérdida. Las consecuencias emocionales están directamente relacionadas con la persona o personas que hemos perdido y también con el modo en el que se ha producido la pérdida: el tiempo de relación, la intensidad las circunstancias de esa relación, lo imprevisto de la pérdida. Pero siempre supone un gran dolor, tristeza, desestructuración y desorganización.
A pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso necesario y ayuda a adaptarse a la pérdida, prepara para vivir sin la presencia física de esa persona o personas y es fundamental, para conducir correctamente el vínculo afectivo de forma que. sea compatible con la realidad presente.
Su duración es muy variable, pero podemos considerar que los dos primeros años suelen ser los más duros, de todas las formas cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para la adaptación a su nueva situación. Sobe todo no hay que desalentarse…
¿Qué otras manifestaciones hay en una pérdida emocional?
Existen cuatro grupos de manifestaciones ante la pérdida: emociones, pensamientos, sensaciones y conductas.
Pensamientos
- Incredulidad
- Confusión
- Preocupación
- Alucinaciones breves y fugaces
- Sentido de presencia: percibir notar su presencia, oír su voz
- Sensación de irrealidad
Sensaciones físicas
- Opresión en el pecho
- Opresión en la garganta
- Hipersensibilidad al ruido
- Vértigos
- Nauseas
- Temblores
- Irregularidades ritmo cardiaco
- Falta de aire
- Debilidad muscular
- Falta de energía
- Sequedad de boca
- Vacío en el estómago
- Sensación de despersonalización
Conductas
- Soñar con la persona que hemos perdido
- Evitar recordatorios de la persona
- Suspirar
- Llorar
- Atesorar objetos que le pertenecían
- Buscar y llamar en voz alta
- Apatía, desgana
- Alteraciones en el sueño
Un elemento común en la pérdida emocional y el consiguiente proceso de duelo emocional es que el desencadenante es un acontecimiento o situación que no está bajo nuestro control, y que conlleva emociones como impotencia, incredulidad, frustración, desesperanza, incertidumbre y por supuesto tristeza.
Ahora bien ¿cómo consolar a una persona en duelo?
La primera de las ayudas básicas que podemos proporcionar a alguien que está en duelo es ofrecerle nuestro interés y nuestra apertura a la comunicación; mostrarnos interesados y abiertos a lo que la persona quiere compartir. Es importante ser conscientes de que nada de lo que podamos decir va a aliviar instantáneamente el dolor de la persona.
El duelo existe y que exista dolor es parte inherente del proceso. Escuchar realmente a alguien que está sufriendo, estar a su lado de forma auténtica, con cariño y cuidado es una ayuda fundamental y de gran valor. Si no se sabe qué decir, es mejor no decir nada. Reconforta más un acompañamiento en silencio o una mano en el hombro que una frase hecha.
La escucha en el duelo
Se suele menospreciar el poder de la escucha y del acompañamiento, como si no fuera suficiente. Sin embargo, estar al lado de alguien que sufre, validar con nuestra atención todo aquello que está viviendo, le ayudará a andar el camino del duelo. Permitir al doliente poner palabras al dolor, expresarse con el llanto o el enfado, o compartir cómo está afrontando su pérdida le va a ayudar a elaborar las tareas del duelo de una manera casi espontánea.
Dar la oportunidad al doliente de poder expresarse, preguntarle cómo está, es dar la oportunidad de que se exprese y que comparta su vivencia. Preguntar e interesarse sinceramente es tender la mano. El doliente será quien decida hablar o no en ese momento o según de qué temas.
Cómo ayudar a una persona en duelo
Resulta también un gran apoyo ofrecer ayudas más específicas: concretar el “Llámame cuando quieras” o “Estoy aquí para lo que necesites”. Por ejemplo, también podemos ofrecernos para ayudarle en tareas cotidianas que, tras la pérdida, puedan resultar más complicadas de abarcar, tomar la iniciativa para llamar al doliente, quedar con él, etc.
Otra forma de ayudar es compartir con el doliente cómo hemos vivido nosotros otras pérdidas. No todos sentimos igual ni con la misma intensidad, pero compartir nuestra propia experiencia puede resultarle útil y beneficioso. Dejarse guiar por el respeto a la vivencia del otro (la experiencia de duelo es subjetiva y, por lo tanto, muy personal) y estar junto al doliente desde la autenticidad son dos factores clave en la ayuda en el duelo.
11 acciones para estar ahí y también para no estar…
#1 El duelo pertenece al doliente
En primer lugar, es importante que sepas que el duelo pertenece al doliente. Apoya y sigue los pasos del doliente. Recuerda: Tú tienes un papel de apoyo, no el papel central, en el dolor de tu amigo.
Esto puede parecer un poco extraño. Y es que muchas de las sugerencias y consejos brindados al doliente suponen decirle que «deben hacer esto de manera diferente» o «sentirse de manera diferente… Sin embargo, tenemos que entender que el duelo es una experiencia muy personal. Un proceso que pertenece enteramente a la persona que lo experimenta.Tú puedes pensar que harías las cosas de otra manera si te hubiera sucedido a ti; pero la verdad es que este dolor le pertenece a tu amigo, así que sigue sus pasos.
#2 Permanece presente y expresa la verdad
Permanece presente con tu amigo, es tentador hacer declaraciones sobre el pasado o el futuro cuando la vida presente de tu amigo tiene tanto dolor. Tú no puedes saber lo que será el futuro, -ni para ti o tu amigo – así que no se sabe si luego será mejor.
Permanece presente con tu amigo, incluso cuando el presente este repleto de dolor.
No hagas declaraciones generalizadas, también es tentador hacer declaraciones generalizadas sobre la situación en un intento de calmar a tu amigo.Tú no puedes saber si el ser querido fallecido de tu amigo terminó su trabajo aquí, o si está en un lugar mejor, estas trivialidades sabias y generalizadas no son útiles.
Quédate con la verdad: esto duele. Te quiero. Estoy aquí.
#3 No trates de arreglar lo que no tiene arreglo
La pérdida de tu amigo no puede ser reparada o resuelta. El dolor en sí no puede ser mejorado. No trates de quitar el dolor de tu amigo en duelo
No digas nada que trate de arreglar lo que no tiene arreglo y lo harás muy bien. Es un alivio inexplicable contar con un amigo que no trate de quitar el dolor.
#4 Prepárate para presenciar el dolor insoportable de tu amigo o familiar en duelo
Hacer esto, mientras prácticas el punto anterior, es sumamente difícil y es que superar la muerte de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas de la vida.
#5 Esto no tiene que ver contigo
Estar con alguien en su dolor no es fácil. Surgirán cosas – estrés, preguntas, ira, miedo, culpa. Tus sentimientos seguramente serán heridos. Puedes sentirte ignorado y no apreciado.
No tomes las cosas personal
Por favor, no lo tomes personal, y no te desquites con el doliente. Encuentra a tu propia gente en la que apoyarte en este momento – es importante que tú seas apoyado mientras apoyas a tu amigo.
#6 Anticípate, no preguntes
Cómo ayudar a una persona en duelo: No digas: llámame si necesitas algo, porque tu amigo no llamará.
La persona en duelo no tiene la energía, ni la capacidad o el interés de llamar
No porque no lo necesite, sino porque identificar una necesidad, averiguar quién puede llenar esa necesidad y luego hacer una llamada telefónica para preguntar es mucho más difícil de lo que tú crees.
Tu amigo en duelo no tiene la energía, ni la capacidad o el interés de hacerlo, así que anticípate.
#7 Haz las cosas recurrentes
La parte difícil del proceso del duelo no puedes hacerla tu (mira la acción #1), pero si puedes disminuir la carga de los requisitos de vida normales para tu amigo.
Identifica qué tareas o actividades puedes hacer tú por tu amigo
Piensa qué tareas o actividades repetitivas puedes hacer tú por la persona en duelo.
Cosas como caminar al perro o traer el correo son muy buenas opciones.
Apoya a tu amigo con cosas pequeñas y ordinarias; estas cosas son evidencia tangible del amor.
No trates de hacer cosas irreversibles. Como lavar la ropa o limpiar la casa, a menos que primero consultes con tu conocido en duelo.Por ejemplo: esa botella de refresco vacía al lado del sofá puede parecer basura, pero puede haber sido dejado allí por su esposa el otro día. La ropa sucia puede ser la última cosa que huele como ella.
#8 Hagan tareas juntos
Dependiendo de la circunstancia, pueden haber tareas difíciles que necesitan ser atendidas – tales como compras de ataúd, visitas fúnebres, el arreglo de las cosas de las habitaciones, etc.Ofrece tu ayuda y sigue adelante con tus ofertas. Sigue el ejemplo de tu amigo en estas tareas. Tu presencia es poderosa e importante. Las palabras son a menudo innecesarias.
Recuerda la regla básica # 4: soporta el dolor y acompaña a tu ser querido en duelo.
#9 Sé el mensajero
Para el nuevo doliente, la cantidad de personas que quieren mostrar su apoyo puede resultarle una escena sumamente abrumadora.Lo que es un tiempo intensamente personal y privado puede comenzar a sentirse como vivir en una pecera. Pueden haber maneras de proteger y apoyar a tu amigo, ¿cómo cuales? encargándote de transmitir la información al mundo exterior.
#10 Educa y defiende
Quizás veas que otros amigos, miembros de la familia y conocidos piden información sobre tu amigo.
Tú puedes, en esta oportunidad, ser un gran mentor, aunque sutilmente.
Puedes normalizar el dolor con respuestas como:
Él/Ella tiene buenos momentos y malos momentos y así será por un tiempo. Una pérdida intensa cambia cada detalle de tu vida.
Si más adelante preguntan por tu amigo, podrías decir cosas como:El dolor nunca se detiene realmente. Es algo que llevas contigo de diferentes maneras
#11 Ama
Sobre todo, muestra tu amor. Aparece. Di algo. Haz algo. Tienes que estar dispuesto a pararte al lado del agujero que se abrió en la vida de tu amigo, sin estremecerte ni alejarte.Tienes que estar dispuesto a no tener ninguna respuesta. Escucha. Prepárate a estar allí, presente. Sé un amigo. Ama. El amor es lo que dura.
*Esta nota, está dedicada a alguien muy especial que se encuentra pasando un mal momento pero que tiene que saber que existe un mantra mundial que dice así: “las y los amigos en las buenas, malas, súper malas y en la peores… siempre”… para ti, S.