Cuando el futuro nos alcance… es hoy

Desde niños nos daban clases de educación ambiental o ciencias naturales tocando el tema del cuidado del medio ambiente, con frases repetitivas de cuidar el planeta, a los animales o a los recursos naturales como si fueran palabras mágicas, con la esperanza de que solucionarían los problemas que veíamos a futuro.

Hoy, todos somos cómplices de los daños hechos al medio ambiente por cubrir nuestras ¿necesidades? diarias. En el 2017 ya sufrimos las consecuencias como climas extremos, aumento de la temperatura mundial, fenómenos naturales que cobran cada vez mayor fuerza, pérdidas materiales, humanas, de flora y fauna y tal parece que es inevitable.

 

 

Nos estamos enfrentando a la pérdida de algo significativo, estamos viviendo terribles acontecimientos ecológicos ocasionados por el hombre, tan sólo por mencionar algunos, desde el inicio del milenio: derrames de petróleo, mercurio y sustancias tóxicas en el océano que no hay forma de reparar el daño y lo peor ni siquiera castigo para los responsables; tsunamis alrededor del mundo como el de Indonesia provocó miles de pérdidas humanas; inundaciones en Tabasco y Veracruz en 2007; huracanes y terremotos en Uruguay, Brasil, Malasia, Vietnam, Paquistán, China, Chile, Haití.

La presente ola de calor en México superando los 40 ºC no es únicamente por la estación del año en que nos encontramos, es consecuencia del cambio climático. 

 

           

 

La lucha desmedida por el petróleo para generar necesidades y más demanda a nivel mundial, provocan desigualdad y sobre explotación de los recursos naturales que devienen en sequías, escasez y hambruna, sobretodo en continentes como África, Asia y América. El agua potable es otro de los recursos que están en peligro de extinción, glaciares que por el cambio climático se deshielan y se transforman en agua salada, son de las pocas esperanzas de preservar el agua dulce, así como los ríos, lagos o mantos acuíferos, actualmente mucha gente padece de la escasez del vital líquido y no tardará en ser un lujo que sólo podrán darse las personas con suficiente capacidad económica. Y así también peligran las especies: flora y fauna, por la deforestación amazónica o la pesca ilegal de ballenas, delfines y atunes en Asia y África.

Para los que somos conscientes de todo el daño causado a nuestro planeta, nos enfrentamos a una lucha constante y dolorosa al ver el futuro hoy, sin embargo, no hay que olvidar que cualquier acción a favor, por mínima que creas que sea, se suma a las acciones de otros que también hacen algo y que son la única esperanza que tenemos como individuos para conservar por más tiempo el mundo en que habitamos. Mientras llegan (si algún día llegan) los grandes acuerdos mundiales por la preservación de los recursos, de las especies, del planeta.

Recuerda: ¡ahorra, recicla y CONTRIBUYE!

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