Diez consejos para manejar el estrés

El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada, que de manera moderada es natural y nos prepara para reaccionar en momentos de peligro.

El problema se presenta cuando los niveles de tensión aumentan y esto se prolonga por tiempos largos, es cuando aparece un estado de intranquilidad acompañado de ansiedad y nerviosismo que se genera al responder a las demandas que provienen del trabajo, escuela o la familia, y las obligaciones adicionales y problemas de la vida cotidiana.

Algunos especialistas aseguran que no es benéfico tener una cantidad elevada de estrés, debido a que puede generar un efecto negativo en casi todo el organismo y ocasionar graves problemas de salud. El estrés afecta a muchas personas en el mundo, pero más en particular en las sociedades occidentales. Uno de los pioneros en la investigación de este fenómeno fue Hans Selye, en la década de los 50.

Desde entonces, muchos expertos han ido aportando más y más conocimiento sobre qué es y cómo ocurre el estrés, y han surgido distintos modelos para ayudar a las personas que lo sufren, como el Modelo demanda-control-apoyo social de Karasek y Johnson (1986), que afirma que la fuente de estrés se encuentra en el desajuste entre las demandas existentes y el control que tiene la persona para afrontar dichas demandas, y que tiene en cuenta el apoyo social como una variable decisiva que afecta a este fenómeno tanto de manera directa como indirecta.

El estrés es un fenómeno complejo

El estrés suele ser un fenómeno complejo, especialmente en el entorno laboral, en el que entran en juego variables del puesto de trabajo y de la organización, pero también las expectativas de un individuo y su capacidad de afrontamiento ante las situaciones complejas.

Por tanto, en casos extremos, es necesario acudir a un experto si no se quiere acabar sufriendo lo que se conoce como burnout o síndrome del quemado. También es indispensable acudir al psicólogo cuando el estrés es consecuencia de una situación traumática y en casos graves al psiquiatra, para reducir el sufrimiento y tratar el problema desde la raíz.

 

10 consejos para reducir el estrés

  1. Dormir bien y mejor

Todo el mundo sabe que el estrés puede provocar problemas de sueño. Pero, por desgracia, la falta de sueño también puede provocar estrés. Dormir de forma adecuada es necesario para que la mente y el cuerpo estén descansados. La sensación de cansancio aumenta el estrés, ya que no permite pensar con claridad y puede agravar la situación estresante y afectar a nuestro estado de ánimo.

Cuando dormimos y descansamos bien, se producen las sustancias que hacen que funcionemos de forma adecuada como es la serotonina, la dopamina, la melatonina (que induce al sueño), las endorfinas y otras, haciendo que despertemos con energía y buen ánimo; de otra estaremos cansados y de mal humor.

Y surge la pregunta, ¿cómo estas durmiendo últimamente?

 

  1. Practica ejercicio físico

El ejercicio es un desestresante muy bueno, debido a que las endorfinas que se liberan cuando haces ejercicio mejoran tu estado de ánimo. Elige una forma de ejercicio que disfrutes, el ejercicio no tiene por qué convertirse en un quehacer más. Por lo menos, trata de hacer ejercicio 3 a 5 veces por semana, con sesiones de al menos 20 minutos de duración.

El ejercicio físico incrementa la producción de adrenalina, noradrenalina, un neurotransmisor que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés, y produce neuroquímicos como las endorfinas o la serotonina, que ayudan a mejorar el estado de ánimo, como ya lo vimos en el punto anterior.

 

  1. Se positivo disfrutando las cosas pequeñas y sencillas de la vida

Tómate el tiempo para disfrutar de los placeres sencillos de la vida, un día hermoso, pasar momentos riéndote con los amigos, las flores plenamente florecidas. Todos los días ocurren muchas cosas positivas alrededor de nosotros. Aprende a detenerte, a percibir y a apreciar. La vida es un milagro que debemos disfrutar tanto como podamos.

 

  1. Toma y come alimentos que te ayuden a reducir el estrés

Come a tus horas y procura estar bien hidratado. Toma suficiente agua, té relajantes (de limón, verde, de azar, negro),  come: avena, plátano, uvas y cítricos, la lechuga, zanahorias, semillas de calabaza, el pescado azul, el té negro, las nueces, los pistaches, el aguacate y la leche son algunos otros alimentos que te pueden ayudar a combatir el estrés.

  1. Cambia tu rutina

El novelista brasileño Paulo Coelho dijo: “Si usted piensa que la aventura es peligrosa, entonces prueba la rutina. Es letal.” Cambiar la forma como haces las cosas puede ayudarte a aliviar el estrés, el cambio es bueno para nuestros cerebros. No hagas las mismas cosas en ciertos días, semanas tras semana. Revuelve un poco las cosas.

 

  1. Diviértete con tu familia y tus amigos, pasando el tiempo con ellos

Pasar tiempo con las personas que amas y que te pueden ayudar a relajarte, a divertirte y a recordarte aquellas cosas que son realmente importante en la vida. Convive en reuniones, fiestas, pasatiempos, deportes, paseos, juegos y diversiones; que te hagan disfrutar del momento y cuando menos lo imagines el estrés se va, desaparece.

  1. Busca el silencio y aprende a relajarte

Apaga el televisor, tu teléfono celular, la computadora, la sobrecarga de información, porque estas cosas pueden causar estrés. Apreciar el silencio te puede ayudar a sentirse más relajado y tranquilo.

Practica la meditación: Encuentra un lugar tranquilo, lejos de distracciones;  aclara tu mente y concéntrate en tu respiración, entre 10 y 20 minutos. Trata de hacerlo diariamente, para que le des a tu cuerpo un descanso físico y mental.

Y con el tiempo practica yoga: Esta disciplina tiene muchos beneficios contra la tensión, gracias a la respiración controlada, la meditación y los ejercicios mentales.

 

  1. Date un masaje relajante

Esta terapia es una de las más agradables y efectivas para reducir el estrés. Existen diferentes tipos: los que consideran al cuerpo completo o alguna parte especifica del cuerpo; en algunos casos se acompaña con barro o con agua. Estar cerca del agua tiene un efecto tranquilizador. Ya sea un lago, una cascada, el océano o incluso la lluvia. El agua genera los “iones negativos” que te ayudan a aliviar el estrés y a mejorar tu humor.

Si el masaje lo haces en compañía de tu pareja será más gratificante. Trata de hacerlo cuando toman una ducha, en el jardín o antes de dormir y tendrás mejores resultados.

 

  1. Aprende a vivir el aquí y el ahora.

Empieza por respirar pausada y profundamente, céntrate en esta, luego siente tu cuerpo y las texturas que este percibe, ubícate en el espacio tiempo que estas y pon atención en lo que estás haciendo, tratando de relajar la mente y dejar que fluyan las ideas sin pelear con ellas hasta que se empiece a calmar tu ruido interno. Siente, escucha, mira, huele y si es el caso degusta lo que comes. Terminaras por contemplar tu alrededor fundiéndote con todo; la calma y serenidad aparecerán.

 

  1. Escucha música o escribe un libro

Escuchar música, oír un disco de tu artista favorito o algunos sonidos relajantes como el movimiento del mar, cascadas o ruidos de la selva tropical, pueden ser un alivio para la tensión. Escribe un libro que sea un tema que te apasione o redacta un diario son una gran manera de manejar tu estrés. Al mantener un registro, puedes explorar tus propios pensamientos y sentimientos.

 

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