Vuelve la obra de Rafael Bernal
No cabe duda de que vivimos en la era del reboot. No hay duda alguna de que estamos en los tiempos de los reinicios. O del refrito, o del… bueno, no sé como llamarlo ya. Pero basta echar un ojo a lo que se publica recientemente, o a las películas que vemos por ahí. Sempiternas sagas de superhéroes que se reciclan cada cuatro o cinco años, o eternas sagas de lucha intergaláctica que se prolongan por décadas muy, muy lejanas. La motivación recae, por supuesto, en cuán rentable es un producto, independientemente de lo que los fans tengan que decir al respecto. Sin embargo, no es que todos estén del todo mal. Los hay con un cierto grado de creatividad: ¿Recuerdan la película “Tienes un e-mail”? ¿Esa con Meg Ryan y Tom Hanks? Sip. Refrito. Viene a ser la re-hechura de la película de 1940 “The shop around the corner” —que trata de más o menos lo mismo, pero con correo tradicional, en vez de correo electrónico— a su vez basada en la novela “Parfumerie” del escritor húngaro Miklós László. En la película de 1998, se agregó una pequeña referencia oculta entre los diálogos: el abuelo del personaje de Hanks conoció a la madre del personaje de Ryan; e incluso comenta que se carteaban, en efecto referenciando la película de 1940.
Pero están también aquellas re-hechuras que buscan traer de vuelta algo que estaba perdido: hablo ahora de “El Complot Mongol” de Rafael Bernal, que viene en forma de fichas, ¡digo!, en forma de historieta y de película por segunda ocasión. Originalmente, la novela se publicó en 1969 por la editorial Joaquín Mortiz: una novela negra —o policiaca, pues— que narra lo que sucede a Filiberto Ramírez: un veterano de la revolución que, convertido en un avejentado detective, investiga en el Barrio chino del Distrito Federal —la marca CDMX aún se antojaba inimaginable— el rumor de un posible asesinato junto al FBI y la KGB. El blanco: el mismísimo presidente de los Estados Unidos, y tal vez el presidente de México; del éxito de la investigación depende la propia paz mundial.
La novela tuvo muy buena acogida entre el público, tanta, que contribuyó a que no se conociera prácticamente nada del resto del vasto corpus literario de Rafael Bernal; pero también se le considera como la que dio inicio al género de la novela negra en el país; y además, fue adaptada al cine por primera vez en 1978, y contó con las actuaciones de Pedro Armendáriz Jr., Ernesto Gómez Cruz, Blanca Guerra y Claudio Obregón. El renombre del texto continuó hasta la década de los 90 y los primeros 2000, cuando al editorial Vid publicó una adaptación al cómic; esta vez con guion de Luis Humberto Crosthwaite, e ilustrada por Ricardo Peláez Goicoetxea. En ese entonces se promocionó como una miniserie en cuatro tomos, de los cuales sólo uno vio la luz.
Si bien no estuvo disponible al 100%, la novela se mantuvo presente —un servidor la leyó en la preparatoria, donde formaba parte del curso de Literatura— y editorial Planeta la reeditó en 2009. En lo que respecta al cómic, el proyecto se mantuvo guardado por casi 17 años, hasta que se decidió recuperarlo y reeditarlo este año; por lo que la obra completa ya está disponible. ¿Por qué? Porque reebot, tal vez: este es el momento en que la novela gráfica —o historieta, o cómic— es popular, así que es el tiempo idóneo para concretar el proyecto. Pero ¡ay, reinicios!, ya está en marcha la filmación de la segunda adaptación fílmica, esta vez con las actuaciones de actores que usted ya conoce, como Gustavo Sánchez Parra —¡Ay! Ese actor al que tienen relegado en papeles de criminal. Sí, el del video de los Killers—, Damián Alcázar, Bárbara Mori, Eugenio Derbez, Lisa Owen y Rodrigo Murray y Xavier López —Así es cuates, es ese en que están pensando—. Sólo nos queda esperar que esta película, que saldrá en 2018, sea decente. O leer la obra: pues tanto la novela como el cómic pueden conseguirse en su tienda o librería de confianza; la primera bajo el sello Planeta —con una portada que, según los más reticentes conocedores del cómic, es un plagio del estilo de Mike Mignola— y la segunda en Fondo de Cultura Económica.