Desde el pasado 27 de marzo, hasta el 3 de abril, tendrá lugar en el Auditorio Nacional el ya tradicional remate de libros. La idea surgió hace doce años con la idea de salvar libros de la destrucción: pues por lo general, cuando un ejemplar pasa mucho tiempo en las estanterías de una librería, va de vuelta a la casa editorial, quienes lo destruyen para reciclar el papel. Así que la idea original era poner a la venta —a precios verdaderamente bajos— material que sería destruido. Debido a ciertos cambios internos en Conaculta, los organizadores originales ya no forman parte del proyecto, pero ahora organizan el remate que se hace en la Alameda Sur.
Actualmente, el Remate del Auditorio Nacional ya no se hace tanto para evitar el reciclaje de libros, como para la venta del catálogo regular de una editorial —cualquiera que sea su tamaño— y hasta para promover las novedades. Como sea que sea, sigue habiendo descuentos, por lo que es bastante concurrida, y se mantiene como un buen lugar para ir a curiosear y encontrarse ese libro que uno tanto anhela. A continuación, algunos consejos para hacer la visita lo menos accidentada posible:
- El horario de acceso es de 10:00-21:00, pero es mejor llegar temprano para ver los libros con calma y con la menor cantidad de gente posible; vale la pena tomarse un tiempo para explorar y entrarle al rebusque, más allá de las novedades editoriales.
- Hay que explorar todo el espacio, suele haber rincones que no se visitan por cansancio o hartazgo, como en los stands del fondo o el mezzanine. Las grandes casas editoriales por lo general están al fondo —UNAM, Conaculta, Random House, Océano…—, mientras que las independientes están al frente, cerca de la entrada.
- Es recomendable llevar calzado y ropa cómodos, ya que no hay casi lugares donde poder sentarse a descansar. Además de que en esta temporada el calor predomina, pero el clima suele ser impredecible.
- La paciencia es fundamental: en la venta nocturna el último día suelen mejorar los precios, además de que el mismo libro puede encontrarse más barato en otro stand y hasta en otra feria. También suele haber otras cosas como conciertos o conferencias. Deben tomarse precauciones con el transporte público: al ser una zona de oficinas, el tránsito puede ser fatal, particularmente con el nuevo metrobús. Si vienen en auto, realmente no hay estacionamiento, y de usarse el del Auditorio, éste será caro.
- Lleven cabio, pues sólo las editoriales grandes aceptan tarjeta; las pequeñas, sólo efectivo. Hay cajeros dentro, pero son Banamex y las filas pueden ser largas y amargas.
Ahora bien, en pos de hacer la visita lo más llevadera posible, también hay que tomar en cuenta:
- Llevar pocas cosas, de preferencia sin mochilas. Ya de por sí puede ser complicado ver los libros en medio de una aglomeración, como para además tener la mochila de alguien encima.
- Sea cortés, deje ver a los demás. También trate de no desordenar mucho los libros, una pila de libros ordenados puede convertirse en una montaña caótica en donde nadie puede encontrar nada.
- También evite regatear, algo imposible con las grandes editoriales; y algo que raya en la grosería con las pequeñas.
- ¡Tenga conciencia ecológica! Evite acumular bolsas.
Espero que estas recomendaciones les sean de utilidad, y que encuentren cosas chéveres.