– ¿Te viniste adentro?
– Pues sí, me dijiste que estás operada.
– ¡Del apéndice! ¡Pendejo!
– Eres todo un maestro con los dedos.
– Soy ginecólogo señora.
– Ay wey, hasta estudiado me saliste.
– Hijo, tienes que aprender a ser muy maduro.
– Tú dejaste a mamá con un mensaje que decía “Game over”.
– Me superé a mí mismo, ¿verdad?
– Ya llevamos dos días en el auto, ¿seguro que no estamos perdidos?
– No, pregúntale a ese señor y verás.
– Disculpe señor, ¿para Tijuana?
– Пердидо
– Me caías mejor drogado.
– Pero si yo no me drogo.
– Pero yo sí.