Sería lamentable que La Habana perdiera su fisonomía con los cambios

La Habana va a cambiar.

Alicia G.Arribas., Madrid, 27 sep (EFE).- El escritor y guionista de cine Leonardo Padura, creador del emblemático inspector Mario Conde, que, por fin, salta al cine con “Vientos de La Habana”, está seguro de que Cuba “va a cambiar en algún momento” y le preocupa que, cuando eso ocurra, se pierda “su fisonomía, su estructura fundamental”.
“Creo que La Habana va a cambiar; en un futuro, cuando esto suceda, habría que ser muy responsable a la hora de transformarla porque se ha logrado conservar, dentro de la pobreza, la estructura fundamental de la ciudad y perderla sería lamentable, como ha pasado en tantos otros países de América Latina”, dice a Efe.
“Cuando estuve hace unos años en España hablando de ‘Siete días en La Habana’, ya decíamos que ahí se ve posiblemente una Habana arqueológica y ahora pasa lo mismo con las películas de Conde, y La Habana sigue igual”, reflexiona el escritor, convencido de que Cuba “cambiará en algún momento, pero sabe Dios cuándo”.
Padura acompañó hoy en Casa de América al equipo de la película “Vientos de La Habana” que promociona su estreno este viernes en las salas españolas.
“De momento, sigue teniendo su deterioro, sus encantos, sus oscuridades y luminosidades”, señala Padura, “bastante satisfecho” de cómo el director Félix Viscarret ha logrado transmitirlo al espectador.
Máxime cuando este primer largometraje es la lanzadera de un proyecto más grande ya que, por primera vez, se han rodado a la vez las cuatro primeras novelas de la serie negra de Padura, aunque las tres siguientes se emitirán como miniserie a través de TVE, que también las produce, todas ellas dirigidas por el español.
El protagonista de las cuatro -“Vientos de La Habana”, “Pasado perfecto”, “Máscaras” y “Paisaje de otoño”-, es el cubano Jorge Perugorría, que explicó a Efe que hacía quince años que intentaban llevar al inspector al cine “pero no se logró”, antes de agregar: “creo que las cosas suceden cuando tienen que suceder”.
Y así pasó que Mariela Besuievsky y su marido, Gerardo Herrero, con su productora Tornasol se enamoraron del proyecto y, por fin, se pudo llevar a cabo.
“Este personaje es muy conocido, acaba de cumplir nada menos que 25 años, y yo creo que estoy perfecto para hacerlo ahora -dice Perugorría entre risas-, estoy tan maltratado por la vida y tan cascado como el personaje, tengo más experiencia, más vivencias”.
Padura apunta al respecto que su esposa y coguionista, Lucía López Coll, “dice que Conde siempre está en un excelente estado de mala forma”.
Conde “es un clásico, melancólico, con un mundo interior muy rico; un perdedor, un tipo que se refugia en la nostalgia, en el alcohol, y en sus amigos, en la literatura, en las pasiones”, explica el actor más internacional de la isla.
Aparte de su compañera de reparto, la hispanocolombiana Juana Acosta, Perugorría cree que lo mejor de la película es el estilo con el que Viscarret cuenta la historia, “la adaptación del relato, porque, igual que las novelas, es un testimonio de una ciudad y una generación”,
“Es una novela negra. Mario Conde investiga el asesinato de una profesora, y en el camino se le cruza una mujer, una peligrosa pelirroja que lo vuelve loco”, explica Acosta, Karina en la cinta, una mujer que “está en un momento muy particular de su vida con mucha necesidad de sentirse deseada, sentirse mujer y liberar su lado más salvaje”.
Y surge la química más tórrida entre ellos, “pero basada en la parte más sensible de los dos, sus almas de artistas”, aclara la actriz.
Viscarret coincide en que Perugorría “siempre” ha sido Mario Conde. “Aquí no hay machos alfa llenos de testosterona, sino un ser frágil y adorable”.
Padura destaca la pasión con la que Viscarret y el resto del equipo se han dedicado a la película de una manera “casi visceral” y han recreado en la Habana un escenario de cine negro, pero escapando a la vez de los tópicos, fotografiando y presentando La Habana de una manera muy creativa y muy reveladora”.
Una perspectiva a la que Viscarret ha dado un impulso nuevo al usar, por primera vez, imágenes aéreas de la ciudad, algo que “no se había hecho antes”, apunta Viscarret.
“Muestra cómo La Habana en el fondo es como un collage de texturas, de casas de diferentes épocas y estilos; tiene algo de pintura abstracta visto desde arriba, una especie de Mondrian. Vemos lo mismo que a pie de calle: nada es uniforme. Espero que el espectador se deje llevar por ese hechizo”.
Padura aseguró que este trabajo le ha “metido tanto” en Mario Conde que lo ha rescatado para una nueva novela, que verá la luz en 2017, y que acaba justo la mañana del 17 de diciembre de 2014, “con el presentimiento de Conde de que ese día va a pasar algo”; ese día, los presidentes de EE.UU., Barack Obama, y Cuba, Raúl Castro, comenzaban a conversar para restablecer relaciones entre los dos países. EFE

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