Fiel a su esencia azarosa, el deporte no está exento de leyendas que intentan explicar las prolongadas sequías de éxitos padecidas por clubes o hasta ciudades.
Los héroes y leyendas son parte fundamental en el mundo del deporte, pero también las supuestas maldiciones, que provocan calamidades en equipos que parecen predestinados a perder, pero dos de éstas finalizaron la noche del miércoles.
Encomendarse a un ser superior es una de las primeras alternativas que llegan a la mente de quienes están relacionados al mundo del deporte, en el que lo único que verdaderamente importa es lo que sucede sobre la cancha, duela o campo. No obstante, la ayuda divina siempre es necesaria para jugadores, entrenadores y aficionados. Tiene poder en ellos, al igual que las fuerzas negativas que pueden recibir de lo que suelen llamarse “maldiciones”.
Fiel a su esencia azarosa, el deporte no está exento de leyendas que intentan explicar las prolongadas sequías de éxitos padecidas por clubes o hasta ciudades, pero apenas el miércoles quedó demostrado que ninguno de esos conjuros es eterno.
Maldición de la cabra
La coronación de los Cubs de Chicago en el beisbol de las Ligas Mayores fulminó una racha de 108 años sin títulos para la franquicia… Y a la famosa “Maldición de la cabra”.
La historia tiene que ver con un inmigrante griego llamado Bill Sianis, a quien se le negó el acceso al Wrigley Field -hogar del equipo- para el cuarto juego de la Serie Mundial 1945 frente a los Tigers de Detroit. Sianis, quien era tabernero, acudió al estadio acompañado de su cabra Murphy, a quien incluso le compró boleto. Ambos lograron entrar al partido, pero el olor del animal generó descontento entre los aficionados, quienes solicitaron que Sianis y su mascota fueran sacados del lugar. El inmigrante se molestó y aseguró que, debido a ese trato, la novena de Chicago no volvería a ganar la Serie Mundial. De hecho, fue derrotado en la de ese año.
La “maldición” fue mucho más poderosa. El equipo ni siquiera volvió al “Clásico de Otoño” durante 71 años. Increíbles errores, gatos negros en el campo e inverosímiles historias, como la del fanático Steve Bartman durante la Serie de Campeonato de la Liga Nacional 2003 frente a los Marlins de Florida, marcaron la triste historia del equipo. Aquella vez, parecía enfilado a la instancia final, pero Bartman evitó que Moisés Alou atrapara un elevado de rutina, lo que generó la reacción del rival, que terminó ganando. Pero todas las calamidades quedaron atrás en 2016, gracias a la coronación del equipo contra los Indians de Cleveland.
Maldición de La Corregidora
Inaugurado el 5 de febrero de 1985, el estadio La Corregidora ha estado ligado a las tragedias. Aunque no se ha confirmado, se especula que en la construcción del inmueble queretano fallecieron varios trabajadores, lo que generó que fuera presa de una “maldición”.
Sede de los Gallos Blancos del Querétaro, también fungió como hogar del Atlante y el Tampico-Madero, clubes que perdieron la categoría. La actual franquicia queretana había estado ligada al sufrimiento, pero todo terminó con la coronación en la Copa MX, en cuya final superó al Guadalajara en serie de penaltis (3-2).
