Recientemente Britney Spears ha estado en el ojo del huracán, pues su padre no quiere dejar la tutela que por años lo ha convertido en el dueño de la imagen y ganancias de la artista pop que conquistó con su carita y voz de niña en el cuerpo de una sensual mujer.
Britney desde hace trece años había permanecido en silencio, pero, este miércoles 23 de junio, ha levantado la voz con asombrosas declaraciones frente a la juez Brenda Penny, que nos hacen amarla más y desear con todas nuestras fuerzas que sea libre de una vez por todas.
Aquí sus declaraciones de la cantante de 39 años y los motivos, que obviamente, son suficientes para su libertad:
- “Le he dicho al mundo que estoy bien y feliz (…) Estoy traumatizada. No estoy feliz, no puedo dormir”.
- “No estoy contenta. No puedo dormir. Estoy enojada y deprimida. Lloro todos los días”
- “Así que básicamente esta tutela me está perjudicando más que beneficiándome. Me merezco tener una vida. He trabajado toda mi vida”
- “Señoría, mi papá y todos los involucrados en esta custodia, incluida mi manager, que tuvo un papel clave en mi castigo… deberían estar en prisión”
- “Antes creía que nadie me iba a creer. Creía que la gente se burlaría de mí. Pero ahora quiero recuperar mi vida. Ha sido suficiente”
- “Me obligan a ir tres veces por semana a un psiquiatra”
¿Todavía dudan que Britney debe ser libre? Pues imagínate que una de las personas que supuestamente más debe amarte y cuidarte en la vida, tu padre, se ha dedicado a hacerte la vida miserable. Jamie Spears desde 2008 junto a un fideicomiso, supervisan y administran por decisión judicial todas las finanzas y detalles, por mínimos que sean, de la vida de la cantante, incluyendo no ver a sus hijos, no usar sus recursos, no poder establecer relaciones afectivas y un largo y doloroso etc.
Así que solo nos queda unirnos al clamor de: ¡FREE BRITNEY!
