Contario a lo que la mayoría de las personas puedan creer, la reforestación no necesariamente “regresa” al medio ambiente lo que le “quitó”. Reforestar, se piensa, contribuye a la conservación de bosques y ayuda a revertir la pérdida del ecosistema.
Sin embargo, sin irse muy lejos, ¿cuántas veces has visto que se planta un árbol con las mejores intenciones y al paso del tiempo termina secándose y olvidado? Pues así pasa con muchos de los programas de reforestación, según Greenpeace en el informe de Política reforestal en México: “La realidad es que las especies utilizadas en las campañas de reforestación muchas veces son inadecuadas y los árboles no se adaptan a las condiciones específicas del lugar donde son plantados o no tienen la talla y edad suficientes para ser trasplantados. A esto se le suma la falta de capacitación de quienes participan en estas campañas y la falta de seguimiento de los mismos, con lo que la sobrevivencia de los árboles suele ser de 25 por ciento.”1 México era un país con mucha riqueza forestal, pero cada año se van perdiendo aproximadamente medio millón de hectáreas para transformarlas en campos para ganadería y agricultura intensivas, terrenos para carreteras, minas o para que las ciudades sigan creciendo. Es inaceptable que conociéndo los graves problemas medio ambientales, se siga explotanto el suelo de tal manera, sin medir los daños y consecuencias como lo son los cambios de clima, ¿crees que es normal que este invierno tenga días cálidos? ¿por qué hay deslaves e inhundaciones con más frecuencia? Si antes había pobreza en las comunidades alejadas a la ciudad, ahora es más evidente por la falta de empleo, no hay cosechas como antes, el suelo ya no es el mismo…
Es urgente ver el problema y aterrizarlo en programas de reforestación que realmente sean útiles, pero sobretodo, valorar los bosques que son los que nos proveen de oxígeno, suelos fértiles, captan dos terceras partes del agua que se consume en México, proporcionan un clima estable, evitan la erosión del suelo, entre otros beneficios más. Es más importante pensar y llevar a cabo programas que propongan detener la deforestación en beneficio de todos y proponer el uso racional de los recursos naturales. De acuerdo a la Comisión Nacional Forestal (conafor), la solución podría estar en las comunidades y ejidos forestales ya que poseen la mayor cantidad de bosques y selvas de nuestro país. Proporcionándoles apoyos económicos, se ha demostrado que son una muy buena opción para conservar los bosques y las selvas de nuestro país, ya que se hacen responsables de vigilar la tala ilegal, prevención y combate a incendios en sus hectáreas; además de que generan sus propios empleos y beneficios a su comunidad. Desafortunadamente en 2005, sólo se apoyó al 2.3 por ciento de la superficie forestal en México, por lo que es necesario sumar esfuerzos para destinar recursos a programas que en verdad resulten provechosos para evitar más deforestación y a su vez provea de empleo e ingresos a las comunidades implicadas.
No cerremos los ojos, no nos conformemos cuando a cambio de cubrir alguna necesidad recreativa y de intereses políticos o económicos, se permita la construcción de más espacios en lugares donde hay bosques y campos, conformándonos con escuchar que a cambio van a poner plantitas a los alrededores; el cortar un árbol y plantar otro no revierte el daño, pues se necesitan aproximadamente unos 20 años para poder tener ese mismo árbol que se corta y el que se planta tiene menos posibilidades de sobrevivir. Seamos parte del cambio, valoremos lo que aún podemos disfrutar, reconectémonos con nuestra naturaleza.
Recuerda: ¡ahorra, recicla y contribuye!
1 Política reforestal en México. Y a los bosques, ¿quién les ayuda?. Recuperado el 28 de diciembre de 2015 en: http://www.greenpeace.org/mexico/Global/mexico/report/2006/10/pol-tica-forestal-en-mexico.pdf
