Durante siglos, el sitio sagrado de Teotihuacán estuvo primero en el olvido, y luego como destino primordialmente turístico. No se sabe mucho de la cultura que lo construyó y lo habitó, apenas ahora salen misterios a la luz, hay teorías que sitúan el nacimiento de los Toltecas como producto directo de la cultura Teotihuacana (cronológicamente, se encadena la caída de una, con el nacimiento de la otra), pero una cosa si queda clara; la función ceremonial de la estructura urbana. Indicios de cultos al sol y a la lluvia se riegan por la extensión del sitio… Cultos al sol y a la lluvia que el pueblo Mexica vino a efectuar, además de hacer la primera restauración arqueológica sobre las pirámides… Porque nadie conoció a los Teotihuacanos, su historia se pierde en el tiempo y en la falta de registros, como si no hubieran tenido la necesidad de transmitir el conocimiento por vía física, ya que, de cualquier manera, sobrevivieron innumerables elementos religiosos y cosmogónicos, reproducidos hasta el día de hoy… Y de la misma manera que los mexicas encontraron la zona, la rehabilitaron, y le dieron uso ceremonial, para después dejarla abandonada de nuevo (por evidentes circunstancias),  llegamos al principio del siglo XXI, donde la espiritualidad humana ha evolucionado sin freno durante generaciones, también los ritos sociales basados en el tránsito de el planeta por el universo, pero a semejanza de los antiguos Mexicas, los modernos han reencontrado la zona de Teotihuacán para realizar ese culto solar antiguo, y lo llaman Festival Yolotl…

Si los antiguos acompañaban sus danzas de huehues y teponachtles, los de ahora, han metido esos sonidos en la magia del sistema binario, y los vienen a reproducir ante el pueblo danzante que se reúne los solsticios y los equinoccios.

 

Se ha escogido como lugar, el jardín de cactáceas que está frente a las pirámides, y desde luego, el sitio no puede estar mejor elegido, tiene paralelismos con lo que es el centro conceptual de el evento, ya que si en el jardín encuentras, delimitados por parcelas, todos los distintos tipos de cactáceas que crecen a lo largo y ancho del país; en los escenarios tanto como en las carpas, se presenta música electrónica nacional, ya sean figuras establecidas en un incipiente star system, como propuestas emergentes, y ya sea desde tech house y minimal, hasta el psytrance mas delirante. La energía telúrica que domina el evento, se constata también en la ubicación de los escenarios, desde una roca en medio de la nopalera. hasta una cueva escondida, pasando por el colorido invernadero, el festival nos ofrece ambientes totalmente distintos el uno al otro, lo que le confiere mas riqueza a la propuesta.

Otro aspecto que hace notorio este evento, es que a la vista salta que su finalidad primordial no es la ganancia económica como tal, gracias a lo cual, las restricciones para el acceso son mínimas y de mucho sentido común. Para esta edición, se le ofrece a la concurrencia un espacio de food trucks, aunque se te permite entrar con tu comida, y también hay opciones de barra y bebida, pero también (y esto, como bien sabemos en los festivales es muuuuy difícil que pase) se te permite la entrada con tu bebida. O sea que el festival te ofrece todos los servicios, pero no te obliga a consumirlos… Todo parece indicar que lo que les importa es la música y su divulgación.

 

Durante este mes, ahondaremos más en la propuesta musical y te ofreceré  entrevistas con algunos de los nombres que resaltan en el cartel de esta edición. La finalidad, además de invitarte a acompañarnos en el evento, es la de difundir un poco más la electrónica producida y/o mezclada en territorio nacional… La finalidad, creo que compartimos todos los que andamos en la electrónica: Reafirmar la escena y abrirle caminos.

 

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