La importancia de ser humilde o la era de las personas íntegras

La palabra humildad se utiliza en muchas ocasiones dentro de ámbitos positivos y negativos, pero, como característica o rasgo de conducta contiene un entendimiento muy amplio de estudio para comprender otras cualidades como el orgullo, clemencia, determinación y alegría. 

Es un punto de apoyo en la forma de medición para conocer los rasgos de personalidad que están relacionados con la curiosidad, reflexión y apertura de mente. Contiene un factor muy poderoso en el liderazgo humano, es el antídoto contra las soberbia convirtiendo a las personas que la poseen en receptivas, atentas, cercanas y sinceras.

Las personas humildes son muy conscientes de sus limitaciones y puntos débiles aceptándolos plenamente, todo esto ayuda a que sepan resolver problemas de manera franca y realista. Además nos permite escuchar al otro y atender cómo se siente. También son menos agresivas y menos críticas hacia miembros de grupos distintos con ideologías distintas incluso al ser altamente cuestionados.

No son manipulables, demás que tratan de mantener siempre sus convicciones ante todo sin dejar de aprender y evolucionar constantemente. Cualidades que transforman a las personas en sabios que saben escuchar, no imponen y transmiten ideas sin imposiciones.

La humildad ante todo permite que las personas descubran sus mayores virtudes, además de mejorar y sanar el autoestima llevándola a su máximo potencial. La verdadera humildad necesita de un gran análisis realista de nuestras capacidades, reconociendo ante todo las limitaciones con la que uno cuenta.

Una persona egocéntrica nunca podría llegar a este nivel porque nunca querrá ver sus defectos, como tampoco podrá llegar alguien inseguro porque nunca llegará a ver sus virtudes, por eso, la humildad conlleva mucha, pero mucha autoestima.

Tener un temperamento humilde puede ser fundamental para tener una relación estable, fomentando la salud mental en términos de la relación, ofreciendo el afrontamiento de los errores desde un lugar de paciencia y perdón.

Características clave de la humildad

  1. Poseer un sentido exacto (que no subestimar) de nuestras capacidades y logros.
  2. La capacidad para reconocer nuestros propios errores, imperfecciones y limitaciones.
  3. La apertura a nuevas ideas, informaciones contradictorias, así como ser capaces de dejarse asesorar.
  4. El mantenimiento de nuestras capacidades y logros en constante perspectiva.
  5. La apreciación del valor de todas las cosas, así como de las diferentes formas en que las personas y las cosas pueden contribuir a lo que nos rodea (trabajo, familia).

 

La humildad entonces se convierte en un valor muy atractivo en las relaciones interpersonales puesto que de esa manera nos mostramos tal y como somos antes los demás sin grandilocuencias ni egocentrismos, poniéndonos al nivel del otro con ganas de escuchar y mejorar y aceptando las críticas que nos pueden transmitir.

Autor: Tangney, J. P. y Dearing, R. L. (2002). Shame and Guilt. Nueva York: The Guilford Press.

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