Crónica del funeral de Fidel Castro

El último eco de Fidel resuena en la Plaza de la Revolución

Sara Gómez Armas

La Habana, 29 nov (EFE).- Escenario de interminables discursos de Fidel, una desbordada Plaza de la Revolución acogió hoy el acto de despedida al comandante. El eco de su voz, su verbo torrencial y su arenga revolucionaria resonaron en las emotivas palabras que le dedicaron los dignatarios invitados de países de todo el mundo.

Miles de personas se abarrotaron en la plaza y en las calles de alrededor: rostros contenidos, algunas lágrimas, banderas y carteles para el último adiós a Fidel Castro en la que fue su plaza, testigo de las celebraciones más importantes de la Cuba castrista.

El suave murmullo que se sentía antes de que comenzara el acto se transformó en un sepulcral silencio en el instante en que entró a la tribuna de invitados el presidente Raúl Castro, con la expresión seria pero serena y de uniforme militar, y al que pronto recibieron con un fuerte aplauso.

Ese aplauso se repitió casi cuatro horas después, cuando Raúl se subió al estrado para pronunciar las palabras de despedida a Fidel con las que se cerró el acto: “Para tranquilidad de todos, soy el último orador”, espetó a la multitud, que soportó estoicamente los dieciocho discursos previos.

Mandatarios y amigos de Fidel, como el ecuatoriano Rafael Correa, el venezolano Nicolás Maduro o el nicaragüense Daniel Ortega, recordaron al comandante y su lucha por la igualdad, la defensa de los oprimidos y la liberación de los pueblos.

Los asistentes, muchos de ellos ya cansados y tumbados en el suelo, se pusieron de nuevo en pie para escuchar a su presidente: “Sus importantes palabras resuenan hoy en esta plaza”, aseveró Raúl Castro sobre el legado de su hermano, el Comandante en Jefe de la Revolución.

“Fidel consagró su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes”, frase del líder cubano que rememoró Raúl y que la multitud coreó al unísono, otro eco del comandante.

Rufino, de 80 años, soportó como pudo las cuatro horas de acto, reposando alternativamente sobre su muleta y una silla plegable para vivir el último adiós en la misma plaza a la que ha acudido fiel a todas las celebraciones del Primero de Mayo y otros actos como el homenaje al “Che” Guevara, tras su muerte en Bolivia en 1966.

“No me lo podía perder. Yo le debo mucho a Fidel y a la Revolución. Empecé trabajando de vendedor de periódicos y con 41 años me gradué en contabilidad”, contaba este revolucionario convencido mientras esperaba la intervención de Raúl.

Varias generaciones más joven, Amanda de 16 años, tumbada en el suelo cuando el acto ya había pasado su ecuador, relataba cómo estalló en llanto cuando su madre la llamó el pasado viernes, 25 de noviembre, para comunicarle la muerte de Fidel.

“Es un orgullo estar aquí para despedirnos del comandante, que es como un padre para todos los cubanos”, explicó esta estudiante de secundaria, que va a pasar toda la noche en la plaza a la espera de que este miércoles, a las 7.00 hora local (12.00 GMT), las cenizas de Fidel partan desde ahí para Santiago de Cuba.

Las cenizas, que reposan ahora en la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, viajarán por toda la isla durante tres días en el trayecto inverso de la “Caravana de la Libertad”, el recorrido que los barbudos de Sierra Maestra realizaron en enero de 1959 al triunfar la Revolución.

Antes de iniciar su último viaje, los cubanos en La Habana han velado durante dos días al líder cubano en el memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, ante una especie de altar con una imagen suya de los tiempos de la insurrección en la Sierra Maestra, coronas de flores blancas y réplicas de sus condecoraciones militares.

Cientos de miles de cubanos que han desfilado por ese memorial también han jurado lealtad al concepto de Revolución que Fidel sintetizó en su discurso del Primero de Mayo del año 2000, un mensaje que se regó por toda la isla en afiches y carteles.

“Revolución es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado, es igualdad y libertad plenas, es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos, es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos”, resumió Fidel en esa misma plaza que hoy le dio su último adiós. EFE

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