El espectáculo fue dirigido por el importante cineasta Zhang Yimou.
Hangzhou (China), 4 sep (EFE).- La anfitriona China obsequió esta noche a los principales líderes mundiales del G20, reunidos hoy y mañana en Hangzhou, con un espectáculo en el Lago del Oeste, símbolo de la ciudad desde hace siglos, sobre el que bailarines, cantantes y músicos mostraron su arte casi flotando sobre el agua.
El espectáculo llevaba la firma del director y coreógrafo chino Zhang Yimou, quien ya estuvo encargado de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2008 o de la gala de otra cumbre, la de Asia-Pacífico que Pekín acogió en 2014.
Esta vez, como las anteriores, el laureado cineasta recurrió a sus armas favoritas: cientos de actores, juegos de luz y color, retorno a las raíces tradicionales chinas y un amplio despliegue técnico que logró, por ejemplo, que una bailarina danzara sobre las aguas y su reflejo se multiplicara a su alrededor.
La bailarina y decenas de sus reflejos no danzaron otra cosa que “El Lago de los Cisnes”, una forma de unir Oriente con Occidente a través de dos famosos lagos, el del ballet del ruso Tchaikovski y el del Oeste en Hangzhou.
El concierto se celebró en uno de los parajes más bucólicos del Lago del Oeste, las cercanías del templo Yuewang, y comenzó con música de “pipa”, el antiguo laúd chino.
Comenzaron a aparecer flores de loto iluminadas sobre el lago y no tardaron en salir cientos de artistas recorriendo las aguas.
Todo era un truco -en esa zona del lago se ha colocado un suelo artificial unos pocos centímetros por debajo de la superficie que permite a los participantes en el espectáculo “flotar”-, pero los líderes del G20 que lo contemplaron no dudaron en aplaudirlo y fotografiarlo.
Ante la presencia de los presidentes de EEUU (Barack Obama), Rusia (Vladímir Putin), Brasil (Michel Temer), Francia (Francois Hollande) o España (Mariano Rajoy), entre otros, Hangzhou se vistió esta noche con sus mejores galas y los rascacielos de la ciudad se iluminaron de forma especial para la ocasión.
Antes del espectáculo, el presidente chino Xi Jinping, anfitrión de la cumbre, y su esposa Peng Liyuan ofrecieron una cena de gala a los mandatarios asistentes al G20, algunos de ellos acompañados de sus parejas, a orillas del río Qiantang, otro importante lugar de la ciudad, famoso por sus fuertes mareas.
“Este río es conocido por sus olas y nosotros debemos ser como un surfista que resiste los embates del oleaje en la economía mundial”, señaló Xi en el discurso previo a la cena ante los distinguidos comensales.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, el argentino Mauricio Macri o el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, asistieron junto a sus esposas, mientras que otros, como Obama, Putin, Rajoy o las líderes de Alemania (Angela Merkel) o Reino Unido (Theresa May) lo hicieron en solitario.
El presidente chino recordó en su intervención que el Lago del Oeste inspiró en el pasado a personalidades extranjeras como el misionero italiano Matteo Ricci, el líder sudafricano Nelson Mandela o el poeta indio Rabindranath Tagore. EFE