El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, está semana habló sobre los asesinatos que llevo a cabo, con sus propias manos, mientras se encontraba al frente de la alcaldía de Davao; la ciudad más grande de es país.
Aseguró además, en el foro empresarial donde tocó el “ilegal” tema, que el Estado no está patrocinando asesinatos extrajudiciales contra narcontraficantes. Bueno sí, de los 2000 casos (homicidios) relacionados con la venta de drogas, una tercera parte se han llevado a cabo por la policía.
Lamentable: el humor no sé hizo esperar.