La victoria pertenece al más perseverante
El genio Napoleón Bonaparte fue un gran estratega militar, diplomático, estadista y conquistador de gran parte del territorio europeo a principios del siglo XIX. Nació el 15 de agosto de 1769 en Ayaccio, ciudad de la isla de Córcega en 15, “desde sus primeros años se distinguió Napoleón por un carácter vivo y turbulento. Sus inauditas travesuras hacían que se le citase en su pueblo como modelo de muchachos traviesos” (Pons, 1840: 17-18). Su padre lo envió a la escuela militar de Francia, de suerte que el muchacho entró al servicio de la nación francesa a la edad de 16 años.
En el colegio militar fue forjando su carácter: “bajo un aspecto enteramente distinto del que se había, manifestado en sus primeros años: reflexivo, profundo, sombrío, intratable, orgulloso. Su amor propio lo llevaba al extremo de la delicadeza” (Pons, 1940: 18). Al paso del tiempo llegó la Revolución Francesa de 1789, momento oportuno para este inteligente joven, su dedicación y compromiso con la revolución; ganando batalla que le redituaron asensos y grados militares, hasta llegar a ser General Brigadier, y de ahí para delante; convirtiéndose en General de División encargado de organizar la Guardia Nacional en París.
Luego cónsul en 1799, Francia estaba en guerra con una segunda coalición europea, formada por Rusia, Gran Bretaña y Austria. La paz que se buscaba se firmó en Amiens en marzo de 1802, dejando a Francia con fronteras nuevas y diversos territorios desde el Mar del Norte hasta el Adriático. La guerra se reinició, en 1803, con Gran Bretaña, a la que pronto se adhirieron Austria, Rusia y Prusia en la Tercera Coalición, el Gran Ejército de Napoleón derrotó a los miembros continentales de la coalición, lo cual le dio la oportunidad de crear un nuevo orden europeo con esto en 1804 convierte a Napoleón en emperador de Francia.
Así surgió el gran estadista de Francia y conquistador de los países vecinos hasta cerca de 1807, quien gobernó el mayor imperio europeo desde los romanos.
Con el tiempo llegaron a Napoleón una serie de derrotas militares, entre las que se encuentra la famosa batalla de Waterloo, que lo llevaron a la abdicación y destierro, en la isla de Santa Helena en 1815. Allí moriría el 5 de mayo de 1821, presuntamente envenenado con arsénico.
Aquí algunas de las frases del genio (odiado, pero al fin y al cabo un genio) que necesitas conocer:
“La batalla más difícil la tengo todos los días conmigo mismo”.
“La muerte no es nada, pero vivir derrotado y sin gloria es morir todos los días”.
“El hombre fuerte es el que es capaz de interceptar a voluntad la comunicación entre los sentidos y la mente”.
“La mejor cura para el cuerpo es una mente tranquila”. “No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los que proporcionan la felicidad”.
“No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que tienen otra opinión pero son demasiado cobardes para manifestarla”.
“Sólo hay dos fuerzas en el mundo, la espada y el espíritu. A la larga, la espada siempre será conquistada por el espíritu”.
“Los sabios son los que buscan la sabiduría; los necios piensan ya haberla encontrado”.
“A veces soy un zorro y a veces un león. El secreto del gobierno radica en saber cuándo ser uno u otro”.
“El mundo sufre mucho, no por la violencia de las malas personas sino por el silencio de las buenas personas”.
“A veces una batalla lo decide todo, y a veces la cosa más insignificante decide la suerte de una batalla”.
“China es un gigante dormido. Dejar que duerma, porque cuando se despierte moverá el mundo”, sólo que ya despertó.
