Este texto parte del planteamiento hecho por Fidel Castro, antes de morir: “voy a morir cuando caiga el imperio capitalista de los EE.UU.”, palabras más palabras menos, que nos llevan a dos premisas: una es que Trump llega a la presidencia de la primer potencia del mundo, como un especie de emperador, la otra es que llega a un país con una crisis económica política de tal magnitud, que ya no hay vuelta atrás y que en ese descenso esta su caída como potencia única.
En el primer caso, se parte que Trump es un mandatario populista nacionalista buscando gobernar para el grueso de los estadounidenses e impulsar una economía proteccionista, que genere los empleos suficientes para abatir el desempleo y darles un mejor nivel económico, como algún día lo tuvieron, continuar con el sueño americano, fortalecer la industria; echando atrás el Tratado de Libre Comercio de América, hacer frente a la economía de China “que le ha quitado empleo a los norteamericanos al igual que México” decía Trump.
Además, que el fuerte lenguaje que él emplea para dirigirse a México y China en particular, “podría escalar rápidamente hacia una guerra comercial” (El Proceso, 2017).
Agregamos que, Trump aunque no tiene realmente un verdadero plan estratégico para tales fines, si ha ido haciendo declaraciones y vertido ideas al respecto. Lejos de hacerlo ver como un buen estadista, lo hacen ver como un hombre burlón y falto de respeto, no solo para sus contrarios, sino fuera y dentro de su país; muchos le de ellos llaman “bufón”.
Lo que pueda hacer por la economía y política de los EE.UU. está por verse, porque existen especulaciones y una serie de posiciones encontradas, porque muchos piensan que sólo han sido palabras, pero la verdad se irá viendo con el tiempo.
En el segundo caso, que es con el que coincido más, es que Trump representa un imperio decadente y en descenso como primera economía mundial debido a una serie de factores, como que tiene una deuda externa superior a los 16 billones de dólares (país mayor endeudado del mundo) que no ha podido, ni podrá pagar, que por el contrario de seguir así, en pocos años llegara a los 20 billones de dólares de endeudamiento.
Al respecto Fidel Castro decía “que EE.UU. buscaría como salida una Tercera Guerra Mundial, porque no habría forma de pagar la deuda externa”, este enfoque surge de la experiencia de Alemania al no haber pagado su deuda externa ni después de la Primera Guerra Mundial y tampoco al termino de la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, la cifra más utilizada se refiere a la deuda pública bruta, que en 2014 alcanzó los 17,79 billones de dólares, el equivalente al 102,6% del PIB de EEUU. Ésta se ha triplicado durante los últimos 14 años, ya que a comienzos de siglo se situaba en los 5,62 billones de dólares, es decir, el 54,7% del PIB. Según la OCDE, la deuda local y de los gobiernos estatales de EEUU ascendió en 2014 hasta los 2,94 billones de dólares, el 35,5% del PIB (Haro, 2016).
La crisis económica que hoy enfrenta EEUU, el nuevo presidente Donald Trump buscará remediar, ya que “durante la campaña ha dejado claro que no cree que el libre comercio esté siendo positivo para la mayoría de los estadounidenses (…)” (El País, 2016)”. Y que él se ha empeñado en “revitalizar la industria y el empleo que, según su diagnóstico, la injusta competencia internacional (sobre todo china y mexicana) ha destruido (…)” (El País, 2017), el problema es que una y otra vez arremete contra dos países de manera específica, sólo que el primer país es una economía fuerte, sólida, en creciente expansión; como la nueva economía más grande del mundo y con un poder militar grande, el segundo, país, el “nuestro” dependiente de la economía estadounidense y con una soberanía endeble, pero con la posibilidad de mejorar y crecer, si es que cambia de timón y busca asociarse con el gigante chino.
Además hemos dejado de vivir en un mundo unipolar, donde EE.UU. era la potencia más importante e indiscutible en la escena internacional, ahora en la actualidad esta China, como ya se ha mencionado, Rusia con una economía creciente, con un alto poder militar aliado a los chinos y con un liderazgo indiscutible por su presidente Vladímir Putin, Japón con una industria automotriz y electrónica única en el mundo, Alemania una nación líder en el mercado europeo, la Gran Bretaña con una estabilidad económica (que le permitió retirarse de la comunidad europea por así convenir a sus intereses), Canadá país vecino que ha venido creciendo gradualmente con un desarrollo económico importante, entre otros más.
¿Al final que tenemos? un mandatario con una serie de características que no le favorecen mucho, pero que es el reflejo de una sociedad decadente y de una personalidad que representa a la misma.
Fuentes:
José Luis Haro
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/7420829/03/16/Hasta-donde-asciende-la-deuda-del- gobierno-de-Estados-Unidos.html
Revista Proceso
http://www.proceso.com.mx/433917/triunfo-donald-trump-alteraria-la-economia-global-the- economist