Aaron Judge, el rey de los ‘Baby Bombers’

Aaron Judge se ha convertido en el mejor elemento de los Yankees de Nueva York en el beisbol de las Grandes Ligas. Está pasando rápidamente de promesa a realidad, en pocos meses ha demostrado que nació para ser estrella y ha hecho del equipo del Bronx, su mejor aliado.

Aquella tarde en casa de la familia Judge, Wayne y Patty se prepararon para todas las posibles reacciones de su hijo Aaron, quien tenía 11 años de edad, pero fueron ellos quienes reaccionaron con sorpresa. Cuando le informaron que es adoptado, él contestó: “lo sabía, no me parezco a ustedes”.

Así es, Aaron Judge, la nueva figura de los Yankees de Nueva York y todas las Grandes Ligas: frontal, consciente de sus limitaciones y también de su talento, ese que lo ha llevado a ser el pelotero que atrapa reflectores en uno de los equipos más mediáticos del mundo, sin importar el deporte.

 

 

Con 25 años de edad, el “Juez”, como se le llama por su apellido, es una estrella en la ciudad de Nueva York, aunque lo de él no tiene que ver con pasarelas y Broadway. Lo suyo está en el barrio bravo del Bronx y con el bat.

Su dentadura es imperfecta, pero no le hace falta arreglarla y blanquearla. De igual forma, celebridades como Kylie Jenner y Jennifer López han posado a su lado. Todos quieren la instantánea con el “chico maravilla” de los “Bombarderos del Bronx”.

Pero él no se distrae e intenta ser lo más parecido a aquel pequeño que creció en Linden, California, y siempre mostró grandes aptitudes para el deporte. Sus 201 centímetros de estatura le permitieron destacar en la posición de poste en el basquetbol, y quarterback en el futbol americano, pero su gran amor es el beisbol.

 

 

Es un eficiente jardinero, aunque el verdadero espectáculo viene cuando se para en la caja de bateo. Ya rompió el récord de más cuadrangulares para un novato de los Yankees, que estaba en poder del legendario Joe DiMaggio, ganó el Derby de Home Runs esta semana y la afición del “Equipo de Etiqueta” tiene fe en que será la pieza clave para ganar la Serie Mundial por primera vez desde 2009.

Presión con la que lidia sin apartarse de lo que es. Por eso llama por teléfono a sus padres todos los días y en su móvil tiene una nota con la cifra “.179”, su porcentaje de bateo durante el breve tiempo que jugó en la campaña 2016, la que terminó abruptamente para él por una lesión frente a los Dodgers de Los Ángeles.

El “.179” no es una marca para presumir, aunque Judge mostró que es capaz al conectar cuadrangular en su primer turno al bat en las Grandes Ligas, frente a los Rays de Tampa Bay. Era el nacimiento de una estrella.

 

 

De religión cristiana, Aaron es ya el niño consentido para la numerosa afición de los Yankees, que tiene cifradas sus esperanzas en ese gigante que no teme a nada, por más complicado que sea. Lo demostró al aceptar con serenidad que, al igual que su hermano mayor, John, es adoptado.

Hace lo mismo cada que se para en la caja de bateo o defiende en el jardín derecho. Es la nueva estrella del beisbol, el muchacho de la sonrisa fácil y la dentadura imperfecta, el que -sin pertenecer a la farándula- ya tiene a Nueva York en un puño.

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