El grito ¿homofóbico?

La picardía mexicana ha tenido siempre un lugar especial en el futbol. A lo largo de los años han destacado apodos, mascotas, cánticos y porras. 

La picardía mexicana ha tenido siempre un lugar especial en el futbol. A lo largo de los años han destacado apodos, mascotas, cánticos y porras. ¿Quién no recuerda a la chica llamada “Chiquitibum”, personaje lanzado a la fama por la cervecera Cuauhtémoc Moctezuma en el Mundial de México ’86?. Sin embargo, los ojos del mundo voltearon hacia tierra azteca cuando hicieron del “¡Eh puto!” un grito de guerra.
Paulina Ortiz

El portero se prepara para despejar, no importa los colores que defienda… Los aficionados rivales toman aire, no pierde de vista cada movimiento del guardameta y al ritmo de sus pisadas se preparan para que en una sola voz griten: “¡ehhhh puuuuuuto!”.

Por más de una década, esta sui géneris expresión ha formado parte del ritual futbolero en diferentes canchas nacionales; incluso, internacionales. Para muchos se ha vuelto una simpática costumbre, pero para otros es la más clara manifestación de racismo y homofobia.

En el año 2000, los aficionados del Atlas estaban muy molestos por la llegada del cancerbero Oswaldo Sánchez (canterano rojinegro) al Club Guadalajara, lo que le valió el repudio de sus antiguos fieles. Durante un clásico, el también ex americanista se convirtió en el primer jugador en recibir el ahora satanizado grito.

A partir de entonces, el famoso grito de guerra se popularizó. Existen capítulos clave para la cristalización de este contagioso modo de llamar al arquero. En 2004, durante el torneo Preolímpico en Guadalajara, se escuchaba en cada uno de los partidos. Para el Mundial de Alemania 2006 ya era común que la afición mexicana llamara así al guardameta rival, pero por primera ocasión se escuchó fuera del país.

Durante el torneo mundialista de Sudáfrica 2010 se repitió la historia con los porteros rivales. Los extranjeros se sorprendieron con la uniformidad de un grito proveniente de las gradas, pero no entendían del todo el significado.

El clímax llegó durante el Mundial Sub 17 que se llevó a cabo en México en 2011. La euforia vivida por el estilo de juego de los seleccionados mexicanos impulsó a la afición a contagiarse de una especial algarabía. En la final, disputada en el Estadio Azteca contra Uruguay, se vivió una noche mágica, las estrellas adolescentes le dieron el título a México con un excelente juego y la afición se coronó como una de las más pícaras al no darle ni un respiro al arquero charrúa al momento de cada despeje.

Ya como un clásico de la afición, el “¡ehhh puuuto!” se escucha en cada estadio, cancha o llano donde exista un arquero despejando. Lo que para la afición parece muy divertido, no lo es tanto para los directivos, esto tras las advertencias de la FIFA.

En la más reciente edición de la Copa América se estudió la posibilidad de posibles represalias para el Tri. La Federación Mexicana de Futbol lanzó una campaña titulada “Ya párale”, encabezada por figuras del balompié nacional, pero hasta ahora toda solución ha sido una causa perdida. Después de una multa de 35 mil francos para la Femexfut, los intentos por evitar el grito, ahora catalogado como homofóbico, no cesan; pero la afición lo toma a la ligera y, por el contrario, cada vez lo hace con mayor ímpetu.

La FIFA argumenta que es una expresión racista y amenaza con vetar el Estadio Azteca para los partidos eliminatorios de la Selección rumbo al Mundial de Rusia 2018.

Expresiones van y vienen. Desde la famosa ‘ola’ que durante años tomó las gradas de los estadios, el grito de ‘sí se puede’ y un sinnúmero de palabras que han dado color al futbol mexicano. Ahora va más allá de un gracioso llamado. Diversas instituciones se han manifestado para evitar esta supuesta expresión descalificatoria.

Desde hace muchos años es común escuchar el típico saludo a los árbitros. Es bien sabido que el público tiene el poder de saludar a la progenitora de los silbantes, en cuestión de segundos se organiza la porra para entonar el peculiar chiflido que alude a una mentada de madre. Sin embargo, el “puto” ha causado un especial escozor en la familia futbolística, al grado de dividir opiniones y principalmente la lucha, hasta ahora, estéril de erradicarlo de las canchas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Todos los Derechos Reservados Feel ® 2016
Develop & Design: JG