Ayer maravilla fui

México, 2017, 81 min.

Un solitario personaje de la Ciudad de México cambia involuntariamente de cuerpo, sin saber cuándo sucederá. Vive una vida monótona viajando entre distintos cuerpos de hombres y mujeres, los cuales termina desgastando y abandonando. Su hastío y desesperanza se ven enfrentados al amor que siente por Luisa y la necesidad de estar junto a ella. Así comienza una lucha por comunicárselo a través de diferentes rostros hasta, quizá, lograr estar junto a ella. El segundo largometraje del cineasta mexicano Gabriel Mariño es un relato de tintes sobrenaturales que evoca con armonía melancólica el anhelo de una reconciliación aparentemente imposible entre los personajes y la ciudad que habitan.

 

Premios y Festivales

2017 Premio a Mejor Actriz de Largometraje Mexicano (Sonia Franco) y Ojo a Primer o Segundo Largometraje Mexicano. Festival Internacional de Cine de Morelia. México. | Premio Cinemex – México Primero y Premio FIPRESCI. Festival Internacional de Cine de Los Cabos. México.

 

Gabriel Mariño

Puebla, México, 1978

Estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica, desde donde realizó un intercambio a la Escuela Superior de Televisión y Cine en Múnich. Fue alumno de Patricio Guzmán y James Bening en un par de seminarios de documental. Su primer largometraje, Un mundo secreto, formó parte del 32° Foro de la Cineteca.

 

Crítica

La necesidad de crear un vínculo con alguien en una ciudad tan despersonalizada como la recién nombrada Ciudad de México a veces parece imposible. Pero la búsqueda de esa otredad es inevitable. En las calles, en el metro y en las plazas de esta ciudad hay ríos de gente (nosotros) desconectados uno del otro. El protagonista de Ayer maravilla fui, un ser errante que cambia de cuerpo involuntariamente, es una encarnación individualizada de aquella esencia de la masa urbana. Al mudar de cuerpo, es todos y ninguno. El segundo largometraje del mexicano Gabriel Mariño parte de este pretexto sobrenatural para ahondar en la profunda soledad de un personaje etéreo y enamorado que busca acercarse a su objeto de deseo, una estilista llamada Luisa.

La influencia cinematográfica directa es La invasión de los usurpadores de cuerpos (1956), clásico de la ciencia ficción sobre a una invasión extraterrestre a partir de vainas de las que surgen copias de seres humanos que los sustituyen. Aquí también hay una importante presencia de plantas, pero no hay rastro de efectismos fantásticos. La fotografía en blanco y negro y un tema musical omnipresente de Schubert dan a la película un tono melancólico y atemporal que transmiten el estado de impermanencia que padece el “usurpador”. Hombre o mujer, joven o viejo, su condición lo hace un exiliado en medio de un caos urbano de partes inconexas que parece sufrir del mismo mal: en una pared se lee «CDMX está muerta. D.F. por siempre».

La sencillez de la premisa y la forma sosegada permiten hacer múltiples lecturas de la película. En un principio aparece el tema la soledad en las megaurbes y la correlación del espacio con el individuo; también plantea cuestionamientos sobre la sustancia anímica en contraposición a la parte física de una persona, la ceguera del amor ante la preferencia sexual y la búsqueda de conexión con la otredad. Pero, ante todo, Ayer maravilla fui deja la pregunta abierta: ¿quién es esta presencia transitoria e inasible para todos y para sí misma?

 

Israel Ruiz Arreola, Wachito

Cineteca Nacional

Ciudad de México, 01 de junio de 2018

D y G: Gabriel Mariño. F en B/N: Iván Hernández. E: Pedro G. García. Con: Siouzana Melikian (Luisa), Sonia Franco (Ana), Hoze Meléndez (Pedro), Rubén Cristiany (Emilio). CP: Cooperativa Un Mundo. Prod: Gabriela Gavica Marrufo y Gabriel Mariño.

 

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