Vaya revuelo el que se ha creado en internet alrededor de la nueva serie de Matt Groening Disenchantment, la cual se estrenó el pasado 17 de agosto en Netflix.
Y es que ha recibido críticas mixtas. Por una parte, hay gente que la considera sosa, o una entrega repetitiva por parte de su creador, dada la similitud que guardan el estilo y los personajes de la serie con los de trabajos anteriores como los Simpson o Futurama; y por otra, hay quienes están dispuestos a darle una oportunidad con base en la habilidad y creatividad de Groening y en el hecho de que las series antes mencionadas también habían recibido críticas negativas y ahora se les tiene en un pedestal. Muy a mi pesar, de momento sólo he podido ver los tres primeros episodios; aunque la temporada completa, compuesta por 10 entregas de alrededor de media hora cada una, ya puede verse en Netflix. Esto supone un problema, ya que ya existen cientos de reseñas de la temporada completa, convirtiendo al internet en un campo minado de spoilers.
Disenchantment narra lo que le ocurre a Bean, la princesa del reino de Dreamland, quien, como típico miembro de la realeza medieval, debe contraer matrimonio con tal de cimentar una alianza con otro reino. De naturaleza rebelde y caótica —que raya en el vandalismo y, francamente, en el crimen—, Bean está harta de ser una princesa y de las obligaciones que conlleva serlo, por lo que se opone a la unión y hace cuanto le es posible para detenerla. Hasta aquí el argumento se siente más bien trillado y hasta de corte Disney, pero va más allá, pues no es el único personaje insatisfecho con su vida. La acompañan el elfo Elfo, quien está harto de su vida feliz en un reino mágico donde todo es azúcar; y Luci, un demonio cuya misión es hacerle la vida imposible a Bean —y que, además, es un regalo de bodas que vino envuelto en una caja estilo Hellraiser—, a pesar de que la conducta de la princesa ya de por sí está en línea con la del demonio, por lo que no hay mucho qué hacer. De modo que ya tenemos 3 personajes fuera de lugar. Luego, la pregunta es ¿Quién le envió un demonio a Bean? Y es aquí donde la trama se desdobla. El argumento que se vio antes de la princesa rebelde sólo es un gancho para ver lo demás: es decir, qué va a pasar después de el arco argumental de la boda, y quiénes son los que enviaron a Luci. Los primeros capítulos, entonces, sirven como la base de una trama más compleja.
Ahora bien, otro punto a favor de la serie es el calibre de la gente colaborando en ella: además del propio Groening, la serie cuenta con la participación de Bill Oakley y Josh Weinstein en la producción. Si los nombre no les suenan, permítanme decirles que son los escritores, y luego productores de las temporadas noventeras —y más gloriosas—, de los Simpson; además de ser los creadores de otra serie de culto: Mission Hill.
En cuanto al elenco, la serie incluye a:
El rey Zøg — John DiMaggio, un curtidísimo actor que ha dado vida a Bender en Futurama, al Escocés en Samurai Jack, a Jake en Adventure Time, y un largo etcétera
Odval — Maurice LaMarche, quien tiene un largo historial en series, Futurama y los Simpson entre ellas
Sorcerio el alquimista — Billy West, quien ha hecho voces para Ren & Stimpy, Doug, Futurama, etc.
El príncipe Merkimer, — Matt Berry, mejor conocido por actuar en las comedias británicas The IT Crowd y The Mighty Boosh.
Elfo — Nat Faxon, ganador del Óscar a mejor guion adaptado.
Luci el demonio — Eric Andre, actor y comediante que ha aparecido en una docena de series.
La princesa Bean — Abbi Jacobson, actriz y comediante que interpreta a Emily en Bojack Horseman.
Como pueden ver, la cantidad de talento que participa en la serie es brutal. Así que, no sólo se queden con los comentarios que lean en internet, o las reseñas en su revista digital de confianza, y denle una oportunidad a esta serie que promete ser de lo más relevante de este año.
