En la Cineteca Nacional, como parte del ciclo Talento Emergente, se presenta La Novia del Desierto, obra de las directoras Cecilia Atán y Valeria Privato que ganó el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Lima y que participó en el Festival de Cannes en dos categorías: Caméra d’or y Un certain regard.
Este filme trata sobre los nuevos comienzos, una mujer de 54 años que se dedica al trabajo doméstico debe mudarse para trabajar con otra familia y en el camino pierde la maleta con todas sus pertenencias. La mujer, Teresa Godoy, interpretada con mesura por Paulina García, ha vivido encerrada y ya no recuerda como relacionarse con las personas.
Su evidente incomodidad tiene como única excepción el hijo de la dueña de la casa, que también la estima. El accidentado viaje le hace ver su suerte y la obliga a tratar con personas bienintencionadas que, sin desearlo, la intimidan. El Gringo, personaje co-protagónico interpretado con desparpajo por Claudio Rissi, se siente atraído por Teresa y con el pretexto de ayudarla la obliga a permanecer a su lado.
Este road trip romántico del segundo aire se define cuando el Gringo hace una pregunta retórica: ¿Se vale volver a empezar? Siempre es posible volver a empezar. Todos los hombres tenemos la facultad de reinventarnos.
Sin darse cuenta, Teresa comienza a hablar, a abrir los ojos, a sentirse cómoda. Ella no deseaba el cambio, es empujada por las circunstancias y abre su mente, su mundo y vuelve a creer. Creer en ella, en el amor, en los hombres, en la vida. No somos una isla, a Teresa le urgía salir de casa. El hombre es un animal social. Las personas nos brindan su compañía y gracias a ellas descubrimos cosas que no vemos, hacemos cosas que no nos creíamos capaces de hacer, descubrimos placeres.
No esperes grandes emociones. Disfruta el paseo por el desierto y las buenas actuaciones. Muy agradable.
