Sunka Raku

México, 2015, 101 min.

Sunka Raku es una casa tradicional de té japonesa, está ubicada en el Ajusco, México. En ella se entrenaban halcones, se grabaron comerciales y se celebraron varias ceremonias de té (ritual influenciado por el budismo zen, en el que se prepara té verde o matcha). Se dice que cuando entras a este hogar, descubres un mundo aparte que nunca se termina de recorrer.

Sunka Raku está construida de adobe, tristeza, bambú, melancolía, madera, piedras de río y un inmenso dolor, todos estos materiales fueron dados a manos llenas por su creador, Roberto Behar, un polifacético hombre que jugó a ser genio en su juventud, mientras arrastraba los infectados recuerdos de su infancia y a quien el director Hari Sama recurrió para grabar Sunka Raku o Alegría Evanescente como lo dice su traducción al español, su quinto largometraje, que se sumerge en las transformaciones y sueños rotos del protagonista.

Rodado durante las cuatro estaciones del año, Hari Sama presenta un documental melancólico que por medio de close ups y paisajes (que a pesar de ser sombríos siempre tienen la luz adecuada), recorre y reflexiona sobre el dolor interno de una persona.

Hari Sama, conocido por la comedia negra Sin ton ni Sonia (2003) utiliza en esta cinta un recurso que ha venido presentando desde El sueño de Lu (2003): los sentimientos sin nombre. Con escenas sutiles y al mismo tiempo dramáticas, explica cronológicamente cómo es que una persona es capaz de llegar al abismo y salir de él, pero nunca liberarse.

El sueño de Lu, tenía como tema central el dolor de una madre al perder a su hijo –una historia basada en la muerte de la hija de Sama y de la actriz protagónica Úrsula Pruneda (entonces la esposa del director) en un accidente automovilístico–; en aquella película, mientras Lucía intenta canalizar la pérdida de su hijo, descubre que no hay cura para su dolor. A quien pierde a sus padres se le llama huérfano, a quien pierde a una esposa se le llama viudo, pero al que pierde un hijo, no se le puede llamar de ninguna forma. Sunka Raku, por otra parte, explica detalladamente cómo un ser humano puede volverse débil, fuerte e inexistente durante las cuatro etapas de su vida (o las cuatro estaciones del año); mientras Roberto platica su vida con ligeros matices de felicidad, Sama teje artesanalmente una historia real que fue vivida en tiempos de crisis y expresada en tiempos de soledad.

El sueño de Lu y Sunka Raku, convergen en un mismo tema: la liberación de los demonios después de eventos desastrosos en la vida.

 

Fernanda Flores Ramírez

Cineteca Nacional

Ciudad de México, 17 de abril de 2018

D y G: Hari Sama. E: Adrián Parisi y Yibran Assaud. F: Miguel López. M: Erick Bongcam. Con: Roberto Behar. CP: Catatonia Cine. Prod: Anaïs Flores.

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