La Muchacha Húngara es un buen filme que inicia y termina mal. El grito exagerado del flashback inicial parece ridículo y desanima. Abrir con un cadáver en el río parece un cliché innecesario.
¿Hacia dónde vamos?, ¿veremos a Jack el destripador matando prostitutas?, la idea es jugar con el espectador, engañarlo, permitir que construya y cambie continuamente su versión de la historia.
La fuerza del filme radica en las relaciones de poder entre los personajes. La envidia, la ambición, la culpa, las mentiras, el odio, la traición, el amor y el sexo son los ingredientes de este elaborado platillo.
La ambientación, el vestuario, la producción y la fotografía son magníficos. Cómo novela de misterio es mala, ya que encontrar al asesino sólo se convierte en una inquietud en los minutos finales.
La conclusión resulta un tanto predecible, no importa lo interesante y lo sabroso ya pasó. La vida imita al arte. El principio y el fin son siempre los mismos, lo relevante son las decisiones que se toman en el camino.
Búsquenla en Netflix.
