Algunas de sus piezas están realizadas con elementos poco comunes.
Chus Burés, vanguardia, belleza y sorpresa en la joyería
Es un mago del diseño, de la creatividad, de la arquitectura hecha poesía. Chus Burés hace arte a través de joyas elaboradas con materiales poco ortodoxos, pero dignas de estar en un museo… y en un libro.
Desde que comenzó con el diseño ha sentido curiosidad por reinterpretar el pasado. Su interés por culturas milenarias, como la tailandesa o la precolombina, le ha llevado a concebir piezas con cuarzos milenarios, engarzándolos en “un estilo muy contemporáneo vanguardia del diseño. Con el espíritu de reciclar el pasado, explica Chus Burés.
Piezas realizadas, algunas de ellas, con elementos poco comunes como la seda, el plástico, el chocolate o el corcho, en especial en su primera etapa, donde se pueden encontrar mayor número de piezas únicas, además de los tradicionales oro, plata y gemas antiguas de otras culturas.
MUSEO Y LIBRO JOYA.
Años de profesión que se han fundido en uno solo al lograr que sus piezas se expongan en un museo y editar un “libro joya” en el que artistas y diseñadores posan con sus creaciones.
Chus Burés Portraits and Jewellery, un libro exclusivo, como excepcional es su obra de joyería en el que resume, con 73 retratos de conocidos coleccionistas, artistas y amigos incondicionales su obra. Son imágenes tomadas por tres grandes de la fotografía: Alberto García-Alix, Andrés Serrano y Antoine DAgata.
En Nueva York convenció al marchante de joyas Barry Friedman para que posará para el objetivo de Andrés Serrano.
En París, las fotografías fueron realizadas por Antoine DAgata y en ellas aparecen artistas como Julio Le Parc o la directora de relaciones públicas del Museo del Louvre, Sabine de la Rochefoucauld.
Alberto Garcí Alix se encargó de realizar los retratos en Madrid del director del Museo del Prado, Miguel Zugaza; del artista Santiago Sierra y de la directora del Matadero, Carlota Álvarez Basso, entre otros.
Siempre pensé que lo que hacía era un “churro”, comenta al haberse reencontrado con un pasado creativo que, incluso para él, parece difuso, al representar su piezas en una exposición que le ha servido para mirarme y sorprenderme, en la búsqueda de piezas y diseños, y al ver la riqueza del estudio de la materia y la investigación que llevaba cada una”.
Rememora sus comienzos, y apunta que “siempre he ido a contracorriente. Me gustan los acabados brutalistas, la plata rayada o una soldura en una joya”, una manera de hacer que considera que “era poco aceptada y entendida en España”, por lo que no dudó, en dos ocasiones, y puso rumbo al exterior y América como destino.
LA EMOCIÓN DE MIRAR ATRÁS.
Me he dado cuenta de que no he perdido el tiempo, ha sido emocionante mirar atrás, aunque me queda mucho por hacer, desvela Burés.
Exigente consigo mismo, confiesa que le hubiera gustado dedicarle más tiempo a cada proyecto. Diseñador y empresario multitarea, incide en que “la joyería no está apoyada por la industria”.
Si eres creador y te sales de las corrientes del mercado, o eres tu propio productor o emprendes un camino internacional, dice sin resquemor, y cita que ya en su tiempo lo hicieron Balenciaga o Paco Rabanne.
Las mujeres neoyorkinas o parisinas buscan lo original en una joya”, de ahí el éxito de sus piezas en estos mercados, donde Burés vende el 80 por ciento de su producción. Uno de los países que más le idolatran es Japón y en los tres lugares sus joyas se han convertido en piezas de coleccionista.
NO PASAN DE MODA.
Burés advierte que “las joyas no van asociadas a la moda, porque una joya es para siempre. No pasa de moda, de ahí que no tenga en cuenta el mercado, porque “tengo una conexión con un público fiel”, que admira sus diseños.
Si se habla de Chus Burés, es inevitable hacer referencia a que fue el creador de la emblemática horquilla que lucía Assumpta Serna en el filme de Pedro Almodóvar Matador.
Su colaboración con el director de cine le dio el salto a la fama pero sus clientes, entre las que se encuentran actrices como Rossy de Palma o Marisa Paredes, no desfilan a diario por las alfombras rojas.
Sus colaboraciones con artistas como Miquel Barceló, Jesús Soto o Louise Bourgeois, confiesa que “me llenan de satisfacción” y asegura que, además “me han hecho crecer”, algo a lo que también ha contribuido su trabajo con orfebres que atesoran conocimientos que pasan de generación en generación.
Define las joyas como “elementos de comunicación porque lanzan mensajes. Sus clientas le cuentan que sus creaciones siempre dan pie a conversaciones, comenta divertido, pero además contienen una carga simbólica muy grande.
Las piezas que elaboro son elementos identificativos de la persona, concluye Burés.
Por Inmaculada Tapia.
EFE/REPORTAJES