México encabeza uno de los primeros lugares en violencia sexual infantil a nivel mundial. De acuerdo con información de la UNICEF y la OCDE, la pornografía infantil es uno de los negocios más lucrativos en el mundo y en este aspecto, México también es líder; ocupando el primer lugar en difusión y el segundo en producción.
Sumado a este deplorable panorama, el país tiene los registros más bajos a nivel internacional por la falta de denuncias, convirtiendo en un monstruoso problema la salud, seguridad y bienestar de miles de niños y adolescentes.
Aunque en días pasados se decretó que el 19 de noviembre será Día Nacional contra el Abuso Sexual Infantil, México sigue estancado con la regulación de estos delitos.
Además, organismos especializados, el Senado de la República y las autoridades correspondientes aprueben y regulen nuevas leyes que sean funcionales y que amplíen el castigo de estos abusos; hagamos nosotros mismos como sociedad civil el ejercicio de prevención y éste solo se logrará mediante la información oportuna, difusión, y denuncia.
Contradictoriamente uno de los países donde menos se habla o instruye a menores sobre la sexualidad es México. Por ello debemos acercarnos al máximo a nuestros niños y niñas para hablar con libertad, asesorarlos y concientizarlos. Recordemos que el 94% de abuso sexual en niños es sufrido por sus propios padres o por un integrante de la familia muy cercano.
Pareciera una labor sencilla aunque no la comprendemos en su totalidad hasta que no nos vemos expuestos.
Nunca es tarde para comenzar a sembrar la semilla de un cambio real, llámenos a las cosas por su nombre y los mejores resultados serán proteger y salvaguardar a nuestros niños y niñas con amor, paciencia e información.
