Una actividad enterrada por una generación, revive.
Se le considera incluso terapéutico. Tejer es una actividad que, según la historia, fue una de las primeras formas de escritura. Entre los descubrimientos del libro El mensaje está en el tejido, se encuentran un sistema de conteo con base en nudos que conservaban no solamente cantidades de intercambio comercial; también albergaban el recuerdo de alguna experiencia y otras memorias articuladas.
Si bien nunca murió, al tejido le pasó lo que a muchas actividades que fueron sustituidas por el uso de máquinas. Casi un siglo después, con este curioso resurgimiento de lo natural como un objeto exótico y de lujo, que además puedes conseguir contenido en tan sólo unas semillas, el tejido parece haber encontrado un lugar dentro de esta revaluación de lo no industrializado.
El mensaje está en el tejido fue escrito por Annuska Angulo y Miriam Martínez. Trata de todo aquello que nadie sabe sobre los nudos de estambre: ¿siempre hemos sabido cómo hacerlos? ¿Es un invento humano? ¿Para qué pudieron usarse los primeros tejidos?
Las respuestas en cada página son producto del testimonio de tejedores y de una investigación documental. Y parecen haber encontrado apenas una enorme prueba de que las historias del tejido son un tesoro aun más grande.
Al principio, resulta obvio pensar que este título contiene sobretodo patrones para realizar tejidos. El lector se sorprenderá al descubrir que no. Pero quedará más sorprendido una vez que descubra el sentido del tejer, de formar un telar. Y probablemente correrá a buscar ahora un libro de patrones y después la segunda parte de El mensaje está en el tejido.