Cuando la lectura no conoce límites

Hay un pueblo en las montañas de Oaxaca donde los libros crecían de los árboles, dónde la imaginación de los niños corría con el río. A pesar de las carencias los libros abrían a otros mundos.

Víctor lo sabía, Víctor, campesino del pueblo hizo el intento, podemos traer más educación a los niños, talleres a nuestro pueblo con nuevas ideas, podemos aprender más y crecer.
Hoy es olvido, el pueblo dijo no ¿para qué?. Víctor se hundió en tristeza y se fue del pueblo dejando secar el árbol de los libros. Los río se secaron, los niños ya no leen.
Pero quizás no todo esta perdido, Víctor se repite, quizás algún niño tiene una semilla que podrá sembrar. 
Sólo el tiempo lo dirá.
Fotografía: Liliana Huerta
Fotografía: Liliana Huerta
Mario Víctor Ruíz vivió en la localidad de la Unión Zaragoza que está situado en el Municipio de Santa Inés de Zaragoza en el Estado de Oaxaca. Hace cuatro años recibió el premio “México Lee” ganador en la categoría de Desde la Sociedad Civil con el trabajo “Palabra fértil en la tierra de origen”. 
Éste año se fue a vivir con su familia cerca de la ciudad de Oaxaca, desilusionado de la situación económica y social de la Unión Zaragoza, decidió tomar otro rumbo por el bienestar de su familia sin embargo no pierde la esperanza de regresar a su tierra, a su Tierra de Origen como la llama.

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