Señales de que tu ego te está traicionando

¿Cómo combatir al enemigo que vive en nosotros? Una manera de buscar equilibrio emocional:

La búsqueda de equilibrio emocional, desde luego se trata de algo profundo y que en ocasiones requiere de la ayuda de especialistas. Sin embargo la propuesta que aquí hacemos pretende ser reflexiva y para ponerla en práctica. Además se encuentra motivada por algunos de los comentarios hechos, por un buen amigo, Francisco Favila, los cuales consisten en reducir el ego inflado o desbordado, que en muchos de los casos nos hace daño y nos hace actuar de manera errónea.

Empecemos con revisar que el ego, si no tenemos cuidado nos puede engañar, por medio de formas que se disfraza o mimetiza para actuar en nuestra personalidad, haciéndonos creer que lo que estamos haciendo es correcto. Aquí algunos de los ejemplos más comunes:

-Cuando somos rescatadores o tomamos el papel de los súper-amigos, que si no tenemos cuidado terminamos controlando o dominando al otro; el ego en este caso realmente se quiere sentir por encima de la otra persona(s).

-Cuando somos muy buenos con los demás a tal grado que necesitamos reconocimiento; el ego está buscando realmente reconocimiento.

-En el sentimiento de culpa, también se puede esconder un ego dañado, porque nos engaña haciéndonos creer que nosotros somos los culpables y nos pone en una posición de sufrimiento (recordemos que el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y mental).

-Tomar una actitud de víctima ante diferentes sucesos, queriendo mostrar a los demás que somos muy aguantadores y que todo lo malo nos ocurre, escondiéndose un ego con un sentimiento de inferioridad y victimario.

-En la idea de que nacimos para ayudar o sanar gente, que puede ser el caso de los médicos, el ego cree que si él no lo hace, la gente se enfermará e incluso podrá morir; sólo él o ella podrá salvar vidas.

-Que puedo dedicar mi vida a desvanecer al ego y entonces busco una religión o disciplina con este objetivo, pero al final de todo eso pasaré la vida centrado en mí, preocupado en mí. Dando cuenta de un ego que creció mucho más que otros, es decir, un ego ensimismado y con miedo.

Al final nos percatamos de que se trata de un ego crecido, inflado o dañado, porque no hay término o equilibrio emocional en el sujeto. Entonces, surge la pregunta: ¿cómo es qué nos podemos dar cuenta que el ego se está afectando?

La respuesta es la siguiente: una de muchas formas, es que el ego inflado se nutre, se alimenta de emociones y valores malsanos, entre ellos tenemos la soberbia, el complejo de superioridad, los celos, la ira, la gula, el rencor, el odio, la envidia, la angustia, la lujuria, ansiedad, añorar, el miedo irracional y lo que nos genera malestar emocional.

Ahora bien, cómo restablecer nuestro ego dañado o enfermo, sino es grave, ni fisiológico, puede haber varias formas, pero las que aquí proponemos es, primero tomar las riendas del nuestros pensamientos y emociones, para luego alimentarnos de valores éticos sanos, como un especie de antídoto y nutrirnos de confianza, humildad, aceptación, perdón, benevolencias, prudencia, fraternidad, igualdad, tolerancia, fe, gratitud y ante poner amor a lo que pensamos y hacemos.

El ego terminará por diluirse, equilibrando nuestros pensamientos, emociones y actos.  

 

 

 

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