El alma mexicana de Golovkin

El sábado 16 de septiembre Saúl Álvarez se enfrentará en Las Vegas a Gennaddy Golovkyn. En la pelea resplandecerán los colores de la bandera mexicana, Saúl, el “Canelo” no permitirá que el europeo con alma de mexicano lo demerite ante sus paisanos.  

Si no está bajo el riguroso cuidado previo a una pelea, al kazajo Gennady Golovkin le encanta comer tacos de carne asada. Si está dentro del régimen, se apega al máximo, aunque siempre busca agregar un toque de picante a su comida.

Hasta el rival de Saúl “Canelo” Álvarez, en la Arena T-Mobile de Las Vegas, tiene aroma a México, incluso en su forma de entrenar.

Desde hace siete años, el oriundo de Kazajistán, antigua integrante de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), tiene como mánager al mexicano Abel Sánchez, quien se ha encargado de pulirle y forjarle un estilo similar al que caracteriza a muchos púgiles tricolores: arrojado, con prioridad en hacer daño al rival y gustoso de entrar al intercambio de golpes.  Declaró que: “La escuela mexicana es una de las mejores. Tengo a mi entrenador mexicano, amigos mexicanos, eso hace que me sienta parte de este país y este estilo es el que me gusta desarrollar arriba del ring”.

Eso, combinado con la disciplina que caracteriza al medallista de plata en los Juegos Olímpicos Atenas 2004, forma a un peleador de calidad, considerado uno de los mejores libra por libra en la actualidad.

GGG” es la principal creación de Sánchez, quien se ha esmerado en que su pupilo se identifique plenamente con México y sus costumbres. Le agrada la música ranchera y su español es aceptable, aunque no tan fluido.

Es lo de menos para un hombre radicado en Los Ángeles desde 2014. Esa ciudad también le ha permitido acercarse mucho más a nuestra cultura, esa que -al igual que él- se distingue por su espíritu inquebrantable.

Se declara seguidor de Julio César Chávez, se identifica con el ídolo mexicano, quien no es su paisano, pero lo admira como si lo fuera. “Cuando llegué con Abel (Sánchez, su entrenador), me enseñó una pelea de Julio César Chávez y quedé impactado con su estilo. Le dije que me enseñara a boxear así y creo que he adaptado algunas cosas de Chávez a mi estilo de boxeo”.

Fuera del ring, Gennady también ha derrotado a la adversidad. Sus hermanos Vadim y Sergei murieron en combate con el desaparecido ejército soviético, mazazos de los que se repuso con su amor al boxeo, deporte que también practicó su gemelo Max, quien debió dejarlo por una decisión familiar.

Sus padres tenían miedo de que se encontraran en el cuadrilátero algún día, por lo que pidieron a alguno dejar de practicarlo. Max se hizo a un lado en pos del sueño de Gennady, a quien ahora acompaña en su esquina.

Sus rasgos de mexicano también los refleja con sus gustos culinarios, porque -como su hermano- es un kazajo con alma mexicana.

 

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