Ojos grandes es un filme en el que contrastan la felicidad sugerida por la fotografía de fantasía, y la molestia provocada por la excesiva buena fe que en algunos pueblos llaman pendejez. Seguramente oyeron hablar de esta historia cuando se estrenó, generó ruido porque es un poco diferente de lo que Tim Burton acostumbra hacer.
La trama es sencilla, una pintora decide dejar a su marido y mudarse con su hija menor de edad a San Francisco, California. Ahí conoce a Mr. Keane, un parlanchín que pronto se convierte en su esposo, este hombre comienza a comercializar la obra de la artista y la convertirte en un éxito.
La cinta no pretende generar controversia sobre si las populares imágenes de la mujer deben ser consideradas arte, sustenta su opinión en la de Andy Warhol y olvida el asunto. La trama se centra en el conflicto interior de la artista, por una parte, se siente feliz porque tiene un esposo y gana mucho dinero con su obra, pero por la otra, detesta que él se haga pasar por el autor de los cuadros.
Margaret Keane es interpretada por Amy Adams, que está irreconocible de rubia. Christoph Waltz hace a Mr. Keane con desparpajo y logra desesperar a cualquiera, No es una obra de arte pero entretiene.
