José Revueltas, cuyo nombre completo era José Maximiliano Sánchez Revueltas, conserva en sus obras de teatro su posición combativa y de denuncia –al igual que toda su obra literaria–, mostrando a los desheredados del país, sus conflictos y sus luchas por sobrevivir y reclamar sus derechos. Perteneciente a una prodigiosa familia de artistas, José Revueltas fue un prolífico creador mexicano cuyas obras abarcaron la literatura, el periodismo, la escritura de piezas teatrales y el guionismo cinematográfico.
Revueltas fue un ejemplo claro de congruencia e integridad, su vida, obra y militancias lo demuestran, sus letras correspondían siempre a su participación política. Se podrá estar de acuerdo o no con él, pero siempre fue un radical coherente y este 20 de noviembre se conmemora más de un centenario de su nacimiento.
Revueltas fue el rebelde necesario, inquietante y crítico, con la rabia, la pasión y la inteligencia para señalar lo que otros omitieron y callaron, al que no lo intimidó la persecución ni lo detuvo la cárcel. En cada escrito dejó ver sus intereses, manías, preocupaciones, deseos, inconformidades, anhelos y aspiraciones, sus textos son un reflejo de él mismo, y en las películas en las que participó como guionista también les imprimió su particular sello combativo.
Revueltas trabajó sin descanso en una serie de artículos, ampliamente bien documentados en infinidad de libros sobre cine, guionismo e imagen. Poseído de una clara preferencia, al igual que en la literatura, por los creadores de origen soviético: los legendarios cineastas y escritores rusos. Entre las citas de sus ensayos se encuentran innumerables fragmentos de Eisenstein y su libro sobre montaje: El Sentido del Cine, de Pudovkin y sus reflexiones cinematográficas, etc. Aunque no desdeñaba a Chaplin, a quien incluso amaba, y a Disney.
En literatura Dostoievsky sería su principal maestro, su mentor, su chamán sin lugar a dudas. El segundo puesto lo tendría Tolstoi. Sólo un poco después Sartre y Faulkner.
Sus escritos sobre cine reflejan no sólo una cultura gigantesca y arrolladora, sino además una vasta experiencia y colmillo dentro del oficio cinematográfico, particularmente en el de la escritura para cine. Durante años corrigió guiones a destajo y realizó adaptaciones de todo tipo de historias para sobrevivir y mantener a su familia. Hasta que tuvo la oportunidad de crear sus propios guiones y verlos llevados a la pantalla bajo la dirección de Roberto Gavaldón.
Participó en al menos 25 adaptaciones de la mano de importantes cineasta como Luis Buñuel, Federico Cazals y Roberto Gavaldón. Otras 30 adaptaciones no lograron filmarse.
En 1944, el escritor José Revueltas empieza su aventura en el cine mexicano. A partir de esa fecha, y hasta el año 1960, Revueltas aparecerá como argumentista y/o adaptador en los créditos de veinticuatro películas.
Su primera adaptación fue El Mexicano de Jack London por invitación de Gabriel Figueroa para trabajar en la cinta. Otras adaptaciones que hizo de reconocidos escritores son Cantaclaro de Rómulo Gallegos; Qué dios me perdone de Xavier Villaurrutia, En la palma de tu mano de Luis Spota y La ilusión viaja en tranvía en la que trabajó al lado de Luis Alcoriza.
Con la película La otra de Ryan James, ganó el premio Ariel en 1947 por la mejor adaptación.
Hizo una mancuerna excepcional con el director Roberto Gavaldón, lograron películas como A la sombra del puente, La diosa arrodillada, La casa chica, Rosauro Castro, Deseada, En la palma de tu mano, La noche avanza, El rebozo de Soledad, Las tres perfectas casadas, Sombra verde y La escondida, donde se puede ver el toque social y crítico del escritor.
El investigador de la UNAM, Francisco Peredo Castro, dictó una conferencia en el seminario de la REDIC: La participación de José Revueltas en el séptimo arte no siempre fue reconocida, ya que a pesar de haber sido guionista del filme Río Escondido (1947), este es atribuido al escritor Mauricio Magdaleno y al director de cine Emilio Fernández, señaló Francisco Peredo Castro, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El académico, quien coordinó junto a Carlos Narro el libro José Revueltas: Obra Cinematográfica (1943-1976), impartió la conferencia “José Revueltas en el Cine”, organizada por la Red de Investigadores de Cine (REDIC) – conformada principalmente por investigadores del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara -, en la Sala de Prensa de la Coordinación General de Comunicación Social de esta Casa de Estudio.
“De la investigación que realizamos en el archivo de Revueltas en la Universidad de Texas, en Austin, se desprende información que no conocíamos de él. Por ejemplo el argumento de Río Escondido, es original de José Revueltas, y otras películas de las que no sabíamos que Revueltas tenía participación, como El Ahijado de la Muerte, Muchachas de Uniforme, El Niño y la Niebla. En algunos casos están los manuscritos originales, los contratos firmados y el dinero que cobró por esas películas”, explicó.
Su libro publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México, contiene también un anexo con imágenes de los documentos que fundamentan la investigación. Dentro de su trabajo reconocido, Revueltas realizó auténticas obras maestras cinematográficas como La otra (1946), La diosa arrodillada (1947), Rosauro Castro (1950), En la palma de tu mano (1950) y El rebozo de Soledad (1952).
“Otro aspecto importante de la trayectoria de Revueltas en el cine, es su anhelo nunca concretado de ser él mismo director de cine. Lo intentó por todas las vías, obtuvo autorizaciones, pero nunca pudo dirigir un largometraje de ficción, solamente cortometrajes que están desaparecidos. Sólo se conoce un fragmento de una película llamada Cuánta será la oscuridad, que se rescató durante el centenario de Revueltas”, refiere.
Por otro lado, José Revueltas poseía conocimientos que lo llevaron incluso a incursionar como profesor y dar clases en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos y dio clases de guion en el Centro Universitario de Estudio Cinematográficos.
El libro El apando, que él escribió lo adaptó para cine, Federico Cazals fue el director de la película. Sus películas son un espejo de la personalidad y la vida de José Revueltas, por lo que al elegir cualquier cinta se identificará el matiz crítico y rebelde del escritor, por lo que no son un desperdicio ni una ofensa a la pupila y a las ideas
Para Revueltas, el método cinematográfico en ningún momento debía separarse del método literario. Aunque explicaría con sumo detalle las diferencias entre literatura y cine. Criticó sin piedad a una gran cantidad de directores del séptimo arte que por sumergirse en su oficio descuidaban cultivarse en otros campos del conocimiento, los cuales enriquecerían su trabajo. Para él la escritura de cine o el guión era como una partitura: una película escrita que sin lugar a dudas el especialista al leerlo “vería” la película, lo mismo que el erudito en música “escucharía” sinfonías al leer su partitura.
En un momento dado, al parecer, Revueltas pudo haberse dedicado por completo al cine. Y en segundo lugar a la literatura, como siempre hizo. En dado caso su vida hubiese sido muchísimo más tranquila desde el ámbito emocional, incluso más acomodada económicamente. Camino que abandonó a mediados de los años cincuenta debido a las cruentas decepciones que esta industria produjo en su espíritu. A la cual critico sin piedad, cuyos ataques se encuentran también plasmados en algunos capítulos de su libro que invitamos a que se lea.
Parece ser que su vocación política sería mucho más grande, absorbiéndolo por completo y llevándolo a un activismo y un deambular por los partidos de izquierda de su época.
Se sabe que tras abandonar la Cárcel de Lecumberri a inicios de los setenta, siendo casi un anciano de salud deteriorada por los encierros y las huelgas de hambre, volvió al trabajo de revisión, corrección y redacción de guiones cinematográficos, al mismo tiempo que se convertiría en uno de los más grandes novelistas y cuentistas de la lengua castellana. Que incluso acarició en sus últimos días la idea de escribir, filmar y dirigir por propia cuenta un largometraje, el cual nunca vio la luz. Entre sus papeles póstumos, aún no publicados, había por lo menos una treintena de borradores y guiones inéditos casi concluidos que quedaron para la posteridad y no han sido llevados a la pantalla.
Los libros de Revueltas
Escribió diversas novelas, crónicas, ensayos y cuentos, todos mostraban sus posturas ante la realidad social y los comportamientos culturales. Tocaba además un puñado de temas que lo obsesionaban: la muerte, la enajenación, la deshumanización, la incomunicación, el crimen, la enfermedad, la falta de solidaridad, la decadencia, la soledad, la opresión a los débiles, la violencia. Esos eran “temas de mal gusto” para algunos y que José Revueltas abordaba con una genialidad argumentativa y expresiva.
Desde el inicio el libro Los muros de agua es inquietante desde el principio porque en la presentación narra su experiencia cuando visitó el Lepresario de Guadalajara en 1955 y cuenta sin tapujos el dolor que vivió en ese lugar:
“Ahora, mirando a todos juntos, me doy cuenta en qué consiste el horror que hay en ellos, el horror que inspiran. Simplemente, se trata de un horror diferido, un horror a punto de ser. Aquí puedo examinar, de un modo progresivo, el proceso de la distorsión de las caras, desde el principio, al comienzo de la monstruosidad, hasta la monstruosidad perfecta…Entonces cobran un auténtico aspecto de esas figuras de Goya (en Los desastres de la guerra)”.
En Los muros de agua José Revueltas recupera sus impresiones mientras permaneció preso dos ocasiones en las Islas Marías a los 18 años de edad.
Tocaba temas sensibles y prohibidos, por ejemplo en Los días terrenales narró dentro de la historia principal el suicidio de unas adolescentes lesbianas que al ser sorprendidas teniendo intimidad, con la muerte ponen fin al castigo que les habían impuesto por amarse.
Lo que merecía ser contado lo exponía en sus textos, en el final de El apando detalla una sangrienta confrontación entre los presos y los custodios en Lecumberri, cárcel en la que estuvo recluido.
Hay escritores e intelectuales que opinan que Dormir en la tierra de José Revueltas es el mejor libro de cuentos de la literatura nacional.
Los militantes y politólogos encontrarán una joya en el Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, es un texto, que quizá sea el intento más importante de análisis dialéctico materialista de la política mexicana de más de medio siglo y una interpretación de la condición del proletariado mexicano.
FILMOGRAFÍA
Algunas de sus películas como guionista más conocidas:
La otra (México, 1946), un relato de Ryan James, que Revueltas adaptó en colaboración con el director de la pieza Roberto Gavaldón. Se trata de la primera vez que trabajaron juntos, y con esta película fotografiada por Alex Phillips, inició la mancuerna creativa que llevaría a la pantalla muchas otras grandes obras cinematográficas. La otra es un drama criminal en el que Dolores del Río interpreta a una hermana gemela ambiciosa y celosa que asesina a su hermana para heredar una fortuna.
La diosa arrodillada (México, 1947), en colaboración con Alfredo B. Crevenna y Edmundo Báez, basados en un relato de Ladislas Fodor, Gavaldón y Revueltas coinciden y realizan el guión. El filme narra la destructiva pasión amorosa entre un importante químico farmacéutico y una altiva modelo, cuyo enamoramiento deriva en una tragedia. Con este trabajo, la dupla cinematográfica da un giro a las convenciones del melodrama romántico e incursiona en los territorios del film noir, orquestando además una encarnación del deseo erótico, insólita hasta entonces en el cine mexicano.
Rosauro Castro (México, 1950) no fue muy bien recibida en su momento, pero es un claro ejemplo de sobriedad narrativa que alcanzaron Gavaldón y Revueltas. El filme está basado en un argumento de Roberto Quigley y es una mirada a los rasgos más brutales del cacicazgo. Narra el asesinato de un candidato a la presidencia municipal de un pueblo y la suerte del único sospechoso, Rosauro Castro, el cacique de la región.
En la palma de tu mano (México, 1950), también dirigida por Gavaldón. Basada en un argumento de Luis Spota la historia se sustenta en la ambición, la pasión criminal y la fatalidad del destino en la que gracias a una sólida dirección, Arturo de Córdova consigue una de sus mejores interpretaciones, encarnando a un charlatán mentalista enredado trágicamente en la telaraña de una mujer fatal. Con ella, Gavaldón hace uso de las luces y las sombras del film noir pero dentro de un contexto mexicano.
La noche avanza (México, 1951), cinta en la que Pedro Armendáriz interpreta a un villanesco antihéroe, en el cual el cabaret y la vida nocturna de la ciudad adquieren un importante protagonismo. El mujeriego y fanfarrón jugador de Jai alai acepta perder un juego a causa de un chantaje, convirtiéndose en blanco de la mafia de las apuestas.
El rebozo de Soledad (México, 1952), una pieza que bajo la dirección de Gavaldón logró una belleza absoluta. A través de esta película, el director se acerca al cine indigenista y narra las desventuras de un médico rural en un poblado mexicano sojuzgado por un cacique, donde se enamora trágicamente de la india Soledad.
La ilusión viaja en tranvía (México, 1953), es un testimonial de época, dirigido por Luis Buñuel. El guión fue hecho en colaboración con Mauricio de la Serna, José Revueltas, Luis Alcoriza y Juan de la Cebada. El filme que también conforma esta selección, es la historia de dos tranviarios Caireles y Tarrajas, quienes se enteran que el tranvía arreglado con esmero por ambos, será desmantelado por la compañía. Impulsados por el alcohol, deciden robárselo para darle una última corrida antes de su desaparición.
Sombra verde (México, 1954), guión basado en una novela de Ramiro Torres Septien, también corre a cargo de Revueltas en colaboración con otros colegas, Luis Alcoriza, Rafael García Travesi; asimismo participa el director del filme, Roberto Gavaldón. En compañía de un guía inexperto, Federico, un delegado de una industria mexicana tiene que ir a la selva en busca de la zona donde crece el árbol de cuya hoja se extrae la cortisona. Cuando el guía muere al ser picado por una víbora, el hombre quedará a expensas de la naturaleza y de un extraño personaje hostil que ha decidido alejarse de todo en la selva y cuya hija atraerá la atención de Federico.
Donde el círculo termina (México, 1955), también conocida con el título de “La ambiciosa”, es otro argumento de Luis Spota adaptado por Revueltas y dirigido por Alfredo B. Crevenna. En el filme, Sara Montiel interpreta a una ambiciosa, seductora y hermosa mujer que se interpone entre un destacado hombre de negocios y su noble y buena esposa, hasta llevarlos a la ruina económica y moral.
El apando (México, 1975), con la fotografía de Alex Phillips Jr., es la pieza con la que concluye este homenaje cinematográfico al José Revueltas Guionista. La historia se adentra a la vida de los presos Polonio y Albino, quienes permanecen encerrados en el apando, celda de castigo del penal de Lecumberri, en compañía de un reo más apodado El Carajo. Enganchados en la droga y víctimas de la corrupción del lugar, sólo tienen en sus mujeres (Meche, La Chata y la madre de El Carajo) la oportunidad para conseguirla. Sin embargo, Meche y La Chata se amotinan un día de visita familiar con trágicas consecuencias.
Otras películas más, donde José Revueltas participó:
El mexicano (Dir. Agustín P. Delgado, 1944). Guión: José Revueltas, Agustín P. Delgado, Raphael J. Sevilla, s/cuento homónimo de Jack London.
Amor de una vida (Dir. Miguel Morayta, 1945). Guión: Rafael M. Saavedra, José Revueltas, Miguel Morayta, s/novela homónima de Ladislao Bus Fekete.
Cantaclaro (Dir. Julio Bracho, 1945). Guión: Julio Bracho, Jesús Cárdenas, José Revueltas, s/novela homónima de Rómulo Gallegos. Diálogos: Rómulo Gallegos, Julio Bracho.
A la sombra del puente (Dir. Roberto Gavaldón, 1946). Guión: Salvador Novo, José Revueltas, s/pieza Winterset de Maxwell Anderson.
Que dios me perdone / Al caer la tarde (Dir. Tito Davison, 1947). Guión: José Revueltas, Tito Davison, s/argumento de Xavier Villaurrutia.
Libros de José Revueltas como:
Los días terrenales, Material de los sueños, El luto humano, Los errores, Los motivos de Caín, México 68: juventud y revolución, En algún valle de lágrimas, entre otros son indispensables en cualquier biblioteca personal de un verdadero lector. Siempre habrá un tema provocador y una idea que lleve la reflexión en las letras de Revueltas.
Fuentes
ps://masdemx.com/2016/09/jose-revueltas-en-el-cine/
https://www.chilango.com/cultura/100-anos-de-jose-revueltas/
https://www.jstor.org/stable/41407237?seq=1#page_scan_tab_contents
http://www.udg.mx/es/noticia/revelan-guiones-cinematograficos-no-reconocidos-de-jose-revueltas
http://escritores.cinemexicano.unam.mx/biografias/R/REVUELTAS_jose/filmografia.html
https://www.proceso.com.mx/390622/obra-reunida-de-jose-revueltas
http://www.cinegarage.com/31539-ciclo-jose-revueltas-guionista/