Niñato

España, 2017, 78 min.

Niñato, del director madrileño Adrián Orr, ha tenido éxito en los festivales de cine. El año pasado, tan sólo, fue elegida como Mejor Película en el BAFICI, de Buenos Aires, y antes de eso ya había sido presentada en espacios insignia para el cine independiente como Sevilla, Márgenes, la Viennale, y el prestigioso foro francés de cine documental, Visions du Réel. En México, pudo verse en FICUNAM y más recientemente en la programación de la muestra de cine español contemporáneo La Ola. En apariencia, el primer largo de Orr es un filme sencillísimo, una especie de retrato en directo de una familia de clase media de Madrid. En el centro de ese retrato se encuentra el joven David Ransanz –mejor conocido como “Niñato”–, un compositor treintañero de hip-hop sin un trabajo fijo que dedica todo su tiempo a las dos cosas que parecen darle sentido a su modesta vida: la música (una mezcla de beats y letras de no mala calidad) y el cuidado de su familia, integrada por una hija propia (Luna) y los dos hijos de su hermana (Oro y Mía), quienes viven todos juntos en lo que parece ser un pequeño departamento de la capital de España.

Niñato, sin embargo, es más que un simple registro embellecido por una equilibrada y cálida fotografía –obra del propio director–, y su definición tampoco puede delimitarse a la de “otra película en los bordes de la ficción y el documental”, como la “crítica especializada” ha decidido caracterizar a toda una corriente del cine contemporáneo independiente que opta por lo real pero dista de los mecanismos clásicos del documental. La opera prima de Orr, más que todo eso, puede verse como una incursión poética en la intimidad de una pequeña familia, y de paso –y de forma bien contundente– como un homenaje a la figura paterna alejada de los estereotipos y las fórmulas sociales. La película fue realizada a lo largo de seis años exclusivamente en periodos de invierno a través de los cuales vemos a los niños crecer, mientras David, retratado muy de cerca por la lente de Orr –su amigo cercano desde la infancia–, permanece prácticamente inmutable. Todos pasan la mayor parte del tiempo en una casa que más que un sencillo inmueble urbano, es como un capullo.

Hay quien ya considera a Niñato como la Boyhood (2014) española, y aunque la película de Orr no haya tenido –obviamente– los recursos de aquella y su tono sea muchísimo más independiente, comparte con la cinta de Richard Linklater la visión nostálgica sobre el núcleo familiar y los efectos del tiempo en la formación de la propia personalidad.

Gustavo E. Ramírez

Cineteca Nacional

Ciudad de México, 22 de mayo de 2018

D, G y F: Adrián Orr. E: Anna Peaff. Con: David Ransanz, Oro Ransanz, Mia Ransanz, Luna Ransanz. CP: New Folder y Adrián Orr. Prod: Hugo Herrera. Dist:

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